Mons. Arancedo: “La fuente de la verdadera conversión es mirar y seguir a Jesús”
“No hay posibilidad de conversión si no nos sentimos atraídos por algo que vemos como un ideal que nos compromete, y frente al cual hemos tomado una decisión de cambio”, aseguró y agregó: “Lo primero en la conversión no es la renuncia sino el bien que hemos descubierto y que nos lleva a corregir u ordenar nuestra vida, o a cambiar de camino si es necesario. Si falta esto la conversión pierde la fuerza de un cambio que nos lleve a un sólido crecimiento humano y espiritual”.
El prelado sostuvo que “para un cristiano no cabe duda que el ideal es Jesucristo y el proyecto de vida que él nos presenta” y destacó que la experiencia de fe frente a Jesús es “fundamental para una auténtica conversión, que nos lleve a un progresivo crecimiento en el seguimiento de su Persona y en el proyecto del Reino de Dios que nos presenta en el Evangelio”.
El arzobispo afirmó que “cuando en el evangelio de este domingo Jesús nos exhorta a la conversión nos habla de una de las posibles dificultades, me refiero a esa tentación de compararnos con los demás, donde casi siempre nos creemos mejores o justificamos nuestras limitaciones”.
Monseñor Arancedo subrayó que “una de las virtudes básicas de un camino de conversión es la humildad, que nos lleva a conocernos y a vivir la verdad de lo que somos en el plan de Dios. La fuente de la verdadera conversión es mirar y seguir a Jesús como Él se nos presenta en el Evangelio”.
“¡Cuántas vocaciones laicales, sacerdotales y religiosas en la Iglesia, necesitan para descubrirse y manifestarse de un verdadero camino de conversión! Cuaresma es, también, un tiempo de preguntas y definiciones vocacionales”, concluyó.+
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