En el marco de las celebraciones que dieron inicio a la Semana Santa, los prelados convocaron a la misión, y llamaron a expresar con intensidad la fe y manifestarla mediante obras corporales y espirituales, especialmente en este Año de la Misericordia convocado por el papa Francisco.
Mons. José María Arancedo (Santa Fe de la Vera Cruz): “Vivir la Semana Santa es abrir nuestra mente y nuestro corazón para contemplar a Jesús. Lo hacemos en la participación de los actos litúrgicos, en la lectura de la Palabra de Dios, en la oración y la caridad. Una Semana Santa bien vivida puede ser el comienzo, o el retomar una vida cristiana que ha quedado, tal vez, un tanto apagada”. Texto completo
Mons. Antonio Marino (Mar del Plata): “Este Año de la Misericordia nos recuerda en forma especial la fuerza sanadora del sacramento de la Reconciliación con la confesión de nuestros pecados. En una palabra, reavivemos nuestra vocación bautismal de santidad y nuestro compromiso de testimonio misionero”. Texto completo
Mons. Juan Martínez (Posadas): “Quiero subrayar la necesidad de participar en todas las celebraciones de Semana Santa. Esto llenará de sentido nuestras vidas y nos animará a renovarnos como hombres y mujeres pascuales, para que renovados en la fe podamos ser fermento de transformación social y globalizar la solidaridad”. Texto completo
Mons. Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús): “Acompañemos a Cristo en este misterio para que este misterio de dolor, de iniquidad, de soledad, se convierta en nosotros en un misterio de salvación, de gracia, de adhesión, de seguimiento y de misión. Que Cristo nos de fuerzas para que nosotros, en Él, podamos cumplir con la misión y que podamos llegar a decir: ‘nadie me quita la vida sino que yo libremente, como Jesús, me doy’”. Texto completo
Mons. Vicente Bokalic CM (Santiago del Estero): "Ojalá podamos realmente dejar entrar al Señor en nuestras vidas. El conoce todas nuestras historias, lo bueno y también las miserias íntimas que después se reflejan en el obrar cotidiano, en la familia, los vínculos sociales. Necesitamos que el Señor pase por nuestras vidas con sencillez y humildad para que lleguemos al final de la Semana Santa viendo nuestros errores y con fuerza para ponernos de pie y luchar por el reino de Dios".
Mons. José Conejero Gallego (Formosa): “Nuestra esperanza, nuestro amor y nuestro corazón están depositados en Cristo, que vemos con toda claridad que nos amó y se entregó por nosotros. Aquí está la receta para no sucumbir ante las tentaciones: orar, que es contemplar a Dios, tenerlo en la mente y el corazón. Tener nuestro deseo, nuestro pensamiento y nuestros anhelos en Cristo Jesús y no solamente para agradecerle su entrega, sino para ir transformándonos, imitándolo, asemejándonos a Él”.
Mons. Gabriel Barba (Gregorio de Laferrere): “Semana Santa es tiempo de esperanza, es tiempo de reconciliación, es una invitación a volver a Dios. Para poder transmitir la misericordia a los demás tenemos que, en primer lugar, recibirla. Dios es misericordioso con nosotros y nos llama a ser misericordiosos nosotros con los demás. Pidamos en este Domingo de Ramos, que este paso de Jesús, esta entrada triunfal de Jesús en Jerusalén nos involucre a nosotros volviendo a pasar una vez más por nuestro corazón por nuestras comunidades por nuestras casas invitándonos a una vida nueva”. Texto completo
Mons. Luis Urbanc (Catamarca): “Tras la pasión de Jesús, y gracias a ella, podemos caminar con la cabeza alta, porque sabemos que Jesús nos ama hasta ese punto, y porque su pasión transforma toda nuestra vida de una manera positiva, obteniéndonos vivir una vida nueva. ¡Cómo no mostrarnos agradecidos con el Señor, y cómo no acoger estas gracias preciosas, capaces de transformar todo el mundo! Por tanto, renovemos nuestra fe en el misterio del amor misericordioso de Dios manifestado en la pasión de Cristo pues ‘creer en la caridad suscita caridad’”. Texto completo
Mons. Oscar Ojea (San Isidro): “Comenzamos la Semana Santa en el Año de la Misericordia, por eso remarco la importancia que tiene para vos, para mí, para toda la familia, poder estar cerca de Jesús. Al estar cerca de Jesús aprendemos el sentido de la vida; nos detenemos aunque sea un segundito delante del Evangelio, delante de ese misterio de la entrega de Jesús por nosotros. El Señor Jesús es la mejor escuela para aprender el sentido de la vida. Hermanos queridos que esta Semana Santa podamos detenernos delante del misterio de Jesús y así poder entender mejor el sentido de la vida”. Texto completo
Mons. Adolfo Canecin (Goya): "En estos días a mirar el Crucifijo, la ‘catedra de Dios’, para aprender el amor humilde, que salva y da la vida, para renunciar al egoísmo, a la búsqueda del poder y de la fama. Estamos atraídos por las miles vanas ilusiones del aparentar, olvidándonos de que ‘el hombre vale más por lo que es que por lo que tiene’; con su humillación, Jesús nos invita a purificar nuestra vida. Volvamos a Él la mirada, pidamos la gracia de entender algo de su anonadación por nosotros; reconozcámoslo Señor de nuestra vida y respondamos a su amor infinito con un poco de amor concreto".+
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