Mons. Colombo recordó que la catequesis es signo eclesial de la misericordia de Dios
En una carta con motivo del inicio del año catequético, el prelado propuso algunos criterios “muy importantes para ser tenidos en cuenta principalmente, por los párrocos y responsables de las comunidades de la diócesis”.
“La comunión evangelizadora que conformamos nos pide caminar en verdadera sintonía espiritual y pastoral a la hora de concretar nuestra respuesta a la misión que la Iglesia nos ha confiado”, afirmó, y precisó: “El catequista es antes que nada, un testigo”.
“Es una alegría ver cómo tantos hermanos y hermanas de las distintas comunidades, animan la preparación e incorporación de nuevos catequistas así como la realización de cursos y talleres para la formación permanente de los que vienen actuando desde hace algunos años”, destacó.
En este sentido, se refirió al “servicio del Centro de Formación de Catequistas San Francisco Solano que funciona en el Convento Santo Domingo en la ciudad de La Rioja y cuyas actividades comienzan este próximo jueves 3 de marzo” y puntualizó: “Es muy rica la experiencia del decanato de Los Llanos y de otras parroquias de la diócesis que acompañan con jornadas de actualización la formación de los catequistas que ya están sirviendo desde hace algún tiempo”.
El obispo riojano agradeció a quienes colaboran con “este dinamismo docente de la Iglesia” y les pidió a los párrocos y responsables de comunidades de la diócesis que “no dejen de recurrir a estas instancias formativas para una Iglesia en salida evangelizadora”.
Asimismo, los exhortó a procurar “poner la catequesis a disposición de todos los que lo soliciten evitando enojosas discriminaciones o preferencias”, al asegurar que “nada más alejado del espíritu eclesial, que hablar de ‘vacantes’ y ‘cupos’ en la catequesis. No es evangélico restringir la actividad catequística a pequeños grupitos que no desordenen los espacios físicos ni nos compliquen nuestros horarios”.
Tras sostener que “generaciones de cristianos nos hemos formado a partir de la generosa y desinteresada contribución de catequistas y animadores de comunidad”, cuestionó que “parroquias y comunidades que ‘cobren’ la catequesis”.
“No me refiero a esos pesitos que juntamos entre todos para atenuar el gasto de fotocopias o abaratar el precio de los libros de catequesis por la compra conjunta. Hablo de ‘cuotas’ o ‘aranceles’. Les confieso con el corazón en la mano mi enojo profundo. Más me duele su aceptación resignada”, reconoció.
Monseñor Colombo desautorizó expresamente “cualquier forma de “arancelamiento” de la catequesis” y urgió a los sacerdotes y responsables de la catequesis, a catequistas y secretarias parroquiales, a “dejar de lado cualquier tipo de percepción económica retributiva por actividades catequísticas que se celebran en nuestras parroquias y comunidades”.
“Mis queridos hermanos, en el camino a la Pascua, al comienzo del año catequístico, los animo a seguir dando razón de la esperanza que no defrauda: Cristo el Señor. Él es nuestro Hermano y Salvador que en su Misericordia nos revela el rostro amoroso del Padre. Seamos sus testigos fieles y fecundos ante la comunidad”, concluyó.+
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