Mons. Juan Rubén Martínez: “La desesperanza es consecuencia de las búsquedas desviadas de Dios”
“Sabemos que sostenernos en la esperanza no es fácil en un contexto marcado por una crisis de época, o bien ‘de civilización’, como señala el documento del episcopado argentino Navega mar adentro”, reconoció y advirtió que “las consecuencias de esa crisis que puede desesperanzarnos, se encuentran en búsquedas desviadas de Dios”.
El prelado precisó la desesperanza es fruto de “la multiplicación de falsa propuestas religiosas que mienten y dañan la sana religiosidad de nuestro pueblo. El secularismo de los ‘megamedios’ que entran en nuestros hogares con nuestro consentimiento. O bien la multiplicidad de propuestas supersticiosas o mágicas”.
“También puede desesperanzarnos el percibir que el crecimiento económico alcanza a algunos, y otros sectores que significan grandes porcentajes de nuestra sociedad, sobreviven y quedan excluidos de un circuito competitivo y cruelmente exigente”, agregó e interpeló: “¿Cómo se rompe el circuito de la pobreza de aquellos que sin culpa padecieron la desnutrición en la infancia, o bien el acceso a la educación o la salud?”
El obispo sumó a estos “los signos de la cultura de la muerte la fragilidad en la que viven tantos niños, adolescentes y jóvenes por contextos no incluyentes en el trabajo y educación, y por el flagelo de estructuras de corrupción como la droga que los dañan gravemente. Todos tendremos que sentirnos responsables de transformar estas situaciones de muerte en Vida”.
Por último, monseñor Martínez afirmó que “la esperanza cristiana reclama un fuerte compromiso personal y social, y nos lleva a ser protagonistas y responsables para que las cosas anden mejor. Cada uno desde su propia realidad y problema debe participar. La frase ¡para qué meterse si esto no va a cambiar! es contraria a la esperanza cristiana”.+
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