“Durante 150 años -dice en una carta circular el padre Michael Brehl, superior general de la Congregación del Santísimo Redentor- Nuestra Madre del Perpetuo Socorro nos ha acompañado en nuestra misión y ministerio, atrayendo a innumerables personas a una relación personal más profunda con Jesús, el Redentor, y con el Pueblo de Dios. Desde la iglesia de San Alfonso, en Vía Merulana, esta devoción se ha extendido a todos los continentes y a miles y miles de iglesias, parroquias, capillas, y comunidades.
Año Jubilar
Con el propósito de celebrar los 150 años, el padre Brehl convocó a un Año Jubilar que se inició el 27 de junio de 2015, con la fiesta de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro, y que se prolongará hasta el 27 de junio de 2016, fiesta igualmente de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro.
Restauración del culto público al Icono
Durante trescientos años, el Ícono de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro fue venerado en la iglesia de San Mateo, en Roma. En 1798, al caer Roma bajo las fuerzas invasoras, el convento y la iglesia de San Mateo fueron destruidos y el ícono trasladado al convento agustino de Santa Maria in Posterula en cuya capilla privada se colocó.
A pedido del padre Nicolás Mauron, Superior General de los Redentoristas, el beato papa Pío IX entregó el Icono a los redentoristas el 11 de diciembre de 1865 para que su veneración pública fuera restaurada en la iglesia San Alfonso, construida sobre el mismo solar que antiguamente ocupara la iglesia de San Mateo. Al confiar el Icono a la custodia del padre Mauron y a los Misioneros Redentoristas, el papa Pío IX pidió que "la dieran a conocer al mundo entero".
El 26 de abril de 1866, tras una esmerada restauración del Icono, Nuestra Madre del Perpetuo Socorro fue llevada en solemne procesión hasta la iglesia de San Alfonso en Roma. A partir de esa fecha, una constante y creciente devoción a María bajo la advocación del Perpetuo Socorro fue suscitándose no sólo en Roma, sino en todo el mundo.
Solemne clausura litúrgica del Año Jubilar
Durante el fin de semana del 25 y 26 de junio de 2016, en la iglesia San Alfonso, en Roma, se celebrará la Clausura del Año Jubilar. La celebración coincidirá con los actos propios de la fiesta de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro que incluyen la tradicional procesión por las calles aledañas al santuario.
De acuerdo con lo que el beato papa Pío IX pidió, los Misioneros Redentoristas "la dieron a conocer al mundo entero". Durante los últimos 150 años, la devoción a Nuestra Madre del Perpetuo Socorro acompañó a los Misioneros Redentoristas adondequiera que fueron.
Presente en más de 80 países, la devoción fue llevada a todos los continentes y hasta los últimos confines del mundo. La devoción a este Icono se encuentra en las Iglesias Orientales, Católicas u Ortodoxas, así como en la Iglesia Católica Romana. En numerosos lugares, la devoción a la Madre del Perpetuo Socorro precedió incluso a la propia presencia de los Misioneros Redentoristas. Esto sucedió, por ejemplo, en Haití, Corea y Ghana. Al Perpetuo Socorro la han nombrado Patrona propia distintas Congregaciones religiosas así como diversas diócesis y parroquias.
Bajo el título de Perpetuo Socorro, este Icono es venerado por algunas Iglesias Protestantes y también por gentes de otras religiones. Es un hecho que, especialmente en Asia, algunos nuevos cristianos cuentan cómo llegaron ellos a la fe y al bautismo mediante las devociones y práctica de la Novena.
El Año Jubilar del Perpetuo Socorro y el Jubileo de la Misericordia
La celebración del Año Jubilar de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro coincide con el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia proclamado por el papa Francisco, y que comenzó el 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, Patrona principal de la Congregación del Santísimo Redentor.
Su fundador, San Alfonso, invocó a María honrándola como Madre de Misericordia y refugio de pecadores. En cuanto Perpetuo Socorro de todo el pueblo de Dios, ella coopera al 'misterio de la redención' en Cristo. En sus meditaciones sobre la "Salve Regina", en Las Glorias de María, san Alfonso no se cansa de presentar a María, Madre de la Misericordia, como nuestro Perpetuo Socorro, modelo y guía.+
Publicar un comentario