Ante miles de peregrinos que participaron de la audiencia general en la Plaza San Pedro, el pontífice explicó que el amor cristiano es un amor comprometido que se hace concreto en la vida.
“En los gestos concretos de misericordia del buen samaritano reconocemos el modo de actuar de Dios, que se ha revelado en la historia por medio de acciones marcadas por la compasión”, precisó.
El Papa destacó que Dios “no ignora nuestros dolores y sabe cuánto necesitamos de su ayuda y consuelo, se hace cercano y no nos abandona nunca”.
“El verdadero amor tampoco hace distinciones entre personas, sino que ve a todos como prójimos que necesitan de nuestra ayuda y cercanía”, sostuvo.
Por último, Francisco aseguró que si queremos heredar la vida eterna, no podemos ignorar el sufrimiento de los hombres, si lo hiciéramos estaríamos ignorando a Dios.
El Papa saludó luego a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica, a quienes les pidió escuchar “la llamada de Jesús a ser buenos samaritanos y a hacernos siervos los unos de los otros, como Él nos ha enseñado”.
El pontífice les pidió a los jóvenes que sean siempre fieles al bautismo testimoniando la alegría que viene del encuentro con Jesús, mientras que a los enfermos les deseó que miren a “Aquel que ha vencido a la muerte y que nos ayuda a acoger los sufrimientos como ocasión de redención y de salvación”.
Finalmente, Francisco invitó a los recién casados a “pensar y vivir la cotidiana experiencia familiar con la mirada del amor que todo excusa y todo soporta”.+
Publicar un comentario