Mons. Fernández pidió a nuevos diácono y sacerdote ser misericordiosos como el Padre

Mons. Fernández pidió a nuevos diácono y sacerdote ser misericordiosos como el Padre

Rafaela (Santa Fe) (AICA): El obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió el 22 de abril en la catedral San Rafael la celebración eucarística de ordenación sacerdotal del diácono David Retamoso, y diaconal del acólito Mauricio Molina, a quienes alentó a ser misericordiosos como el Padre y les recordó que el Orden Sagrado en todos sus niveles es para servir. Y los invitó a “sanar, curar, liberar y sobre todo, perdonar, porque como dice el Apóstol Pedro: ‘predicamos y vivimos, lo que hemos visto y oído’”.
El obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, presidió el 22 de abril en la catedral San Rafael la celebración eucarística de ordenación sacerdotal del diácono David Retamoso, y diaconal del acólito Mauricio Molina.

El prelado destacó que el Orden Sagrado “siempre mira al servicio del `sacerdocio común de los fieles’, es decir, servir desde el Orden Sagrado, sea diaconal, presbiteral o episcopal, al pueblo de Dios”.

Al dirigirse a Molina, le recordó que “al recibir el orden diaconal, tu vida estará enviada por el amor de Dios a ayudar, acompañar, bendecir y proteger, animar y curar. En definitiva, a ser misericordioso, a fin de que muchas hermanas y hermanos gusten, a través de tu diaconía, la presencia viva del amor del Padre”.

“Jesucristo, diácono del Padre, nos reveló con su vida, tanto en su predicación como en su obrar humilde y sencillo, la ternura y el consuelo de Dios, llenando de alegría y esperanza, a tantas mujeres y hombres que lo buscaban a Él, porque nada en este mundo los podía liberar del pecado, ni de la angustia del egoísmo, ni de la cerrazón de las mentes o de los corazones de piedra, del fracaso, de la pobreza y sobre todo de la misma muerte”, subrayó y sostuvo: “Cristo, diácono del Padre, vino al mundo a dar vida, a levantar”.

Monseñor Fernández invitó luego a Retamoso a ser testigo de los sufrimientos de Cristo y co-partícipe de la gloria que va a ser revelada, con la misión de “apacentar el rebaño” que se le confía a los sacerdotes.

“Esto no lo hacemos por un sueldo, para ganar prestigio, no es algo forzado, sino la respuesta a un llamado que nos ha ‘asombrado y enamorado’ y por eso respondimos con libertad, y lo hacemos al estilo del sacerdocio de Cristo: con humildad y alegría, con ardor, cordialidad y entusiasmo, sabiduría y bondad, no ‘prepoteando’ o queriendo ‘dominar a los demás’, sino desde un ‘corazón herido de amor misericordioso’, para sanar, curar, liberar y sobre todo, perdonar, porque como dice el Apóstol Pedro: “predicamos y vivimos lo que hemos visto y oído”, puntualizó.

“Sé una Pascua para tus hermanos, a esto te llevará el Orden Sacerdotal que hoy recibís, como Jesús, el Buen Pastor, a dar la vida por las ovejas. Lo que vas a recibir no es un oficio, no es una función o administración. No estás llamado a ser un ‘controlador’. Estás enviado por Jesús a los hermanos, no a huir o abandonar el rebaño, cuando las cosas se ponen difíciles o incomprensibles. Al servir y ayudar a la gente vas a conocer más a Jesús y la gente irá a tu encuentro porque quieren ver a Jesús”, indicó.

Por último, monseñor Fernández le pidió al nuevo sacerdote ser “misericordioso como el Padre Dios lo va siendo con vos” y a ambos les aseguró que “la Iglesia en la diócesis de Rafaela se alegra y agradece por el ‘sí’ de ustedes dos, uniéndonos al sí de María de Guadalupe por las maravillas que Dios sigue obrando en medio de su pueblo”.+

Texto completo de la homilía

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