Mons. Marino presidió el jubileo del Centro Diocesano de Estudio y Reflexión (Cedier)

Mons. Marino presidió el jubileo del Centro Diocesano de Estudio y Reflexión (Cedier)

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): Con la presencia del obispo diocesano de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, el miércoles 20 de abril se realizó el jubileo del Centro Diocesano de Estudio y Reflexión (Cedier). Los alumnos de la Escuela Universitaria de Teología, de Sembrar, profesores y personal directivo se reunieron en el Pasaje Catedral, en la puerta de la institución y caminaron cantando hasta la Puerta de la Misericordia del templo mayor de la ciudad.
Con la presencia del obispo diocesano de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, el miércoles 20 de abril se realizó el jubileo del Centro Diocesano de Estudio y Reflexión (Cedier). Los alumnos de la Escuela Universitaria de Teología, de Sembrar, profesores y personal directivo se reunieron en el Pasaje Catedral, en la puerta de la institución y caminaron cantando hasta la Puerta de la Misericordia del templo mayor de la ciudad.

Al llegar a la catedral los esperaba monseñor Marino quien recibió a los alumnos y se dispuso a celebrar la Eucaristía, con la que se dio inicio formal al ciclo lectivo 2016.

Se encontraban los presbíteros Luis Damián Albóniga, rector de la Escuela Universitaria de Teología y presidente del Cedier, y Tomás de la Riva, vicepresidente de la institución. También concelebraron los presbíteros Pablo María Etchepareborda, anterior presidente del Cedier, y Gabriel Antonio Mestre, párroco de la Catedral y vicario general de la diócesis, y otros sacerdotes que ejercen como profesores.

En su homilía el obispo expresó que "en este miércoles de la cuarta semana de Pascua, nos hemos sometido a la pedagogía de la peregrinación y de la puerta, que se vinculan con el don de la indulgencia. Esto nos lleva a experimentar la misericordia del Padre, que celebramos en este año instituido por el papa Francisco, y nos compromete a ser sus mensajeros".

"Servir a la Verdad revelada en Cristo, la Verdad que es el mismo Cristo, y hacerlo desde la catequesis y desde la teología, desde la predicación y el testimonio de la vida, es también, por tanto, estar al servicio de 'la entrañable misericordia de nuestro Dios'. No lo olvidemos nunca. Estudiar la 'sagrada doctrina', conocer la verdad que nos salva y transmitirla a los demás, es entrar de lleno en la lógica de la misericordiosa ternura de nuestro Dios. Se trata de una obra de misericordia que brota como de su fuente de la contemplación del misterio de Dios y de su plan benevolente de salvación", manifestó el obispo.

"Vivimos en una época de relativismo de la verdad y de subjetivismo moral, cuya raíz última es la exclusión de Dios de la vida social y del quehacer cultural. La negación de Dios, sea en su versión práctica o teórica, es el suicidio de la cultura occidental y el peor daño a la promoción del hombre. Como nos lo ha enseñado el papa Francisco, el remedio no está en torcer la verdad sino en proponerla desde la belleza y el atractivo de nuestro testimonio, encarnando en la vida las convicciones que tenemos", destacó el obispo.

Finalmente agradeció a los sacerdotes y al personal directivo de la Escuela Universitaria de Teología y del Cedier por su entrega, dedicación y compromiso en la tarea encomendada.+

Texto completo de la homilía

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