Desde el primer día la Iglesia está acompañando a su gente en este momento de dolor, -a través de la Pastoral Social Cáritas, los diversos movimientos, parroquias, etc- se puso manos a la obra en favor de las víctimas. Voluntarios y grupos de parroquias realizan un trabajo de hormiga, recogiendo, clasificando y elaborando equipos de productos para entregar en las diferentes poblaciones que se encuentran afectadas por el terremoto.
En el Vicariato de Méndez, de la provincia de Morona Santiago, se emprendió una campaña de solidaridad que no sea solo de momento, sino que sea permanente, “pues los momentos más duros vendrán con el transcurso de los meses”, señaló Julio Logroño, de las Cáritas parroquiales de Macas.
Los colegios arman los diferentes equipos de alimentos y artículos de uso personal, gracias a las donaciones que llegan desde diversos barrios y parroquias. Julio Logroño manifiesta que la ayuda sigue llegando y ésta se entregará los primeros días de mayo a las poblaciones afectadas.
Las colectas de las misas en varias diócesis se destinaron para ayudar a los damnificados de Esmeraldas y Manabí.
Por su parte en el Vicariato de Sucumbíos donde la colaboración de la comunidad es incalculable, corazones y manos solidarias están presentes en la donaciones de alimentos, medicinas, agua, colchones, sábanas y productos no perecederos que se entregan en la catedral de la ciudad de Lago Agrio, que se convirtió en el centro de acopio de las donaciones. Selene Terán de la Pastoral Social del Vicariato de Sucumbíos señaló que la primera ayuda que llegó a la población del Cantón Muisne, en la provincia de Esmeraldas, fue del obispo de Sucumbíos, monseñor Celmo Lazzari.
“En estos momentos de dolor, explican desde Cáritas Ecuador, las catedrales, iglesias y capillas de la distintas ciudades se convirtieron en centros de acopio de las donaciones para la ayuda humanitaria.
Otras varias iniciativas se están realizando, como la maratón de donaciones que se realizó en la catedral de la diócesis de Riobamba el sábado 23 de abril. El padre Rolando Guanga explicó que fueron los colegios católicos y las parroquias los que organizaron las patrullas encargadas de ir por los negocios, almacenes y locales recogiendo los aportes y donaciones a la población de la ciudad de Riobamba.+
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