Con estas palabras comienza su nota editorial en el periódico diocesano “Peregrinamos”, el obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, en el que se hace eco de la reciente visita que efectuó a la diócesis el nuncio apostólico.
“Efectivamente -agrega-, tal y como estaba programado, monseñor Emil Paul Tscherrig, nuncio apostólico en la Argentina, nos visitó y permaneció entre nosotros los días 15, 16 y 17 de julio, presidiendo las celebraciones de nuestras fiestas patronales diocesanas, en honor de Nuestra Madre, la Santísima Virgen del Carmen. La verdad que no deja de ser un privilegio para la Iglesia que peregrina en Formosa, haber contado, en el Año Jubilar de la Misericordia y del Bicentenario de la Independencia de la Patria, con la presencia del papa Francisco, en la persona de su representante en el país.
“Desde su arribo a nuestra ciudad y hasta su despedida -continúa el prelado formoseño-, el nuncio apostólico no cesó, con sus gestos y palabras, de confirmarnos en la fe de la Iglesia, bendecirnos y anunciarnos la paz del Reino de Dios. Felizmente, aún a pesar del apretado programa de actividades, todo pudo llevarse a cabo, gracias a Dios. Así, después del saludo de cortesía a las autoridades civiles de nuestra Provincia, pudo encontrarse, dialogar y compartir con el clero y la vida consagrada, con representantes de los pueblos originarios, con numerosos feligreses de nuestras comunidades y parroquias situadas en las periferias de nuestra ciudad. Oró ante el Santísimo Sacramento con los adoradores y custodios de Jesús-Eucaristía; saludó y abrazó a los niños; visitó a los presos y enfermos, en la cárcel y hospitales, anunciando a todos el perdón y la esperanza de Jesucristo y de la Iglesia; bendijo la “Casa Papa Francisco”, nuestro compromiso social diocesano del Año de la Misericordia, en presencia de los laicos y agentes de pastoral; sobre todo, presidió la Eucaristía en la parroquia de la Sagrada Familia, por las familias cristianas; en la iglesia catedral, después de peregrinar con el pueblo de Dios y en la comunidad del Sagrado Corazón de Jesús del barrio Liborsi; por último, tuvo un encuentro y oración con los seminaristas y los jóvenes”.
Tras citar un pasaje del libro del profeta Isaías, el pastor formoseño manifestó que “en tiempos marcados por la mentira, la miseria y parcialidad humanas, la corrupción y la violencia, es hermoso reconocer agradecidos a quien con firmeza y mansedumbre anuncia la paz del Evangelio y nos recuerda el final del camino: la vida eterna”.
Monseñor Conejero anuncia en su columna editorial que “a mitad de agosto de este Año de la Misericordia, en el mes de los catequistas y de la Infancia Misionera, celebraremos con gozo el misterio de la Asunción de Nuestra Señora a los cielos. María ilumina el sentido de la vida y acompaña nuestro caminar hacia la morada que el Señor nos tiene prometida y preparada para gloria y felicidad eternas”.
Y concluye: “Al final del mes, el sábado 27, participaremos, Dios mediante, de la beatificación, en Santiago del Estero, de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, discípula-misionera argentina, quien nos recuerda a todos la vocación universal a la santidad y nuestro compromiso en favor de la salvación de los hermanos”.+
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