“Invito a todas las comunidades a vivir con fe la cita del 23 y 24 de marzo, para redescubrir el sacramento de la reconciliación: ‘24 horas para el Señor’. Anhelo, que también este año, este momento privilegiado de gracia del camino cuaresmal se viva en tantas iglesias del mundo para experimentar el encuentro alegre con la misericordia del Padre, que a todos acoge y perdona”.
El pontífice hizo hincapié en que en especial en el camino cuaresmal “estamos llamados a estar disponibles siempre, con una sonrisa y la mano tendida a los que están en dificultad, volviéndonos así sembradores de esperanza”.
“La Cuaresma nos llama a la conversión y a la penitencia: nos indica el ayuno, la oración y la limosna como caminos de trasformación; nos alienta al examen de conciencia y a admitir humildemente nuestras culpas y la confesión de nuestros pecados”, reiteró luego el Santo Padre, en su cordial saludo a los peregrinos polacos:
“Como dijo San Juan Pablo II “aprendan a llamar blanco lo que es blanco y negro lo que es negro, mal al mal y bien al bien. Aprendan a llamar pecado al pecado y no lo llamen liberación y progreso” (A los universitarios, 26 de marzo de 1981). Llenos de confianza en el poder de la Palabra de Dios, abramos nuestros corazones al don de su misericordia y de su perdón. Alabado sea Jesucristo”.
“Misericordia quiero”
La Jornada “24 horas para el Señor” es promovida por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización y el tema que orientará la reflexión en esta Jornada 2017 será: “Misericordia quiero” (Mt.9,13).
El viernes 24 de marzo a partir de las 20 algunas iglesias del centro romano permanecerán abiertas para la adoración eucarística y las confesiones. La jornada penitencial concluirá el sábado 25 a las 17 con el rezo de las primeras vísperas, que estarán presididas por monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en la iglesia de Santo Espirito in Sassia.
“24 horas para el Señor", es una invitación a los fieles de manera especial a reconciliarse con Dios en el sacramento de la Confesión. “Se trata de crear un ambiente propicio durante la tarde del viernes 24 de marzo y a lo largo del sábado 25, para que todos los fieles, incluso los más alejados, puedan reconciliarse con Dios”, explicó el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.+
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