Mons. Torrado Mosconi: “¡Que el don de la Palabra transforme a nuestra Iglesia!”
“El año litúrgico es el despliegue y la profundización del misterio de Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre que se nos hace más cercano y ‘encontrable’ manifestándose entonces como nuestro redentor verdadero ‘camino, verdad y vida en abundancia’”, recuerda el prelado a la feligresía, y advierte además sobre no perder de vista jamás que “el núcleo y centro de nuestra fe es el Señor muerto y resucitado”, porque en esto consiste el misterio pascual.
En su carta, monseñor Torrado Mosconi cuestiona a los fieles a nivel personal y comunitario: “¿Qué incidencia real tiene la celebración litúrgica en nuestra vida? ¿A qué cosas debemos morir y a cuáles resucitar? ¿Somos capaces de mirar nuestra propia historia personal, las alegrías y sufrimientos, a la luz del misterio pascual? ¿Cómo vamos a preparar, no sólo en actos, sino interiormente, la gran fiesta de la Pascua anual?”.
Para responder a estas preguntas, retoma el mensaje del papa Francisco para esta Cuaresma, en el cual “nos llama a nutrirnos espiritualmente de las riqueza de la Sagrada Escritura para superar el egoísmo y vivir el mandamiento nuevo del amor especialmente con los pobres, sufrientes y desposeídos de esta vida”.
Con el punto de partida en la palabra del Santo Padre, recordó el obispo la propuesta realizada con motivo del 60º aniversario de la diócesis: Que la familia; los pobres, enfermos y sufrientes; y los jóvenes en riesgo sean el horizonte al cual debe mirar, tender y confluir prioritariamente la acción evangelizadora.
“¡La Palabra debe iluminarnos despertándonos del sueño del egoísmo y calentar nuestros corazones para que no se enfríen de indiferencia!”, recordó el pastor, destacando que “el llamado a la conversión personal, núcleo teologal y existencial del tiempo de cuaresma, está íntimamente vinculado con la conversión pastoral”, porque una necesita de la otra para dar frutos de vida, amor y santidad.
En referencia a la “conversión pastoral”, monseñor Torrado Mosconi llamó a responder al llamado que Dios nos hace a “afianzar la comunión en la fe, la fraternidad y la misión” en el interior de nuestras instituciones, movimientos y grupos eclesiales, y así ser “Iglesia en salida, hospital de campaña”.
Este llamado, lejos de ser una frase bonita y vacía de contenido, afirma el prelado, es la llamada a superar el egoísmo, la indiferencia, la comodidad o el temor, la “miopía apostólica” y la “inercia pastoral” para imbuirnos de “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”.
Para finalizar, el obispo recuerda la consigna propuesta para los 60 años de la diócesis: “preguntarnos, proponernos y animarnos”, y pide que sea punto de partida, contenido y método de las reuniones, los encuentros y la planificación de actividades de cada grupo eclesial de la diócesis, recordando que “sólo una comunidad unida da frutos abundantes”.
“¡Que el don de la Palabra transforme a nuestra Iglesia particular en una ‘madre de corazón abierto’ para reconocer en los otros un don y vivir unidos en el amor! Es mi esperanza, propósito y llamada para la cuaresma de este año, por lo cual rezo y los bendigo”, culminó.+
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