“La entrega de la vida de nuestros hermanos y hermanas hasta el martirio es simplemente la consecuencia extrema de los que no han elegido el honor, sino el compromiso total, no la comodidad y la seguridad, sino que a costa de algún sacrificio, donar la plenitud de vida de Jesús. No se trata de héroes, sino de hombres y mujeres cuyas vidas fueron entregadas al Evangelio y que, como Jesús, nos repiten 'no tengan miedo', somos siervos inútiles”, explicó Michele Autuoro, director de Missio.
La Jornada recuerda a los mártires de ayer y hoy. A los de resonancia mundial como monseñor Romero y aquellos menos conocidos como el padre Ragheed Ganni, el joven sacerdote católico caldeo, asesinado en Mosul el 3 de junio de 2007 al finalizar la misa, que por cierto no buscaba la fama de héroe mientras continuaba sirviendo a Cristo y anunciando el Evangelio cada día. Como también los 28 agentes pastorales asesinados en año pasado, la Iglesia se detiene en una Jornada de oración y ayuno para no olvidar a estos cristianos que amaron hasta el extremo.
En el material para la animación misionera de la Jornada, se propone un gesto de solidaridad, espiritual y material, hacia Siria, atormentada por años de guerra, respondiendo así a la llamada de monseñor Marayati, cabeza de la archieparquía de Alepo, para la reconstrucción de la catedral y de la escuela diocesana Al Imane.
También se preparó el texto para un Vía Crucis inspirado en la encíclica Laudato sí’ y para una vigilia en memoria de los mártires misioneros. +
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