Francisco, un hombre que se jugó, dijeron al conmemorar 102 años del genocidio armenio
Presidió la misa el obispo de los armenios católicos de América Latina, monseñor Vartán Waldir Boghossián, quien señaló que el amor, el perdón, no dispensan la justicia. Al recordar “a nuestros hermanos fallecidos”, rogó por su descanso eterno y para que sea hecha justicia, como lo recordó al mundo hace dos años el papa Francisco en Roma en el centenario del genocidio.
Y rezó para que los armenios y sus descendientes sean fieles a la sangre derramada, a las columnas que los sostienen como pueblo de Dios: la fe en Cristo, recibida de San Gregorio el Iluminador, y la cultura (lengua, música, tradiciones), de sentido cristiano.
En la oración de los fieles, al leerse distintas intenciones los presentes repitieron: “Señor, por la sangre de nuestros mártires, aumenta nuestra fe”. Unos 150 fieles participaron y a los costados de los bancos había jóvenes de la agrupación scout San Vartán. Entre otros invitados, asistió la nueva cónsul de Armenia, Elen Arzoumanyan.
La misa cantada en rito armenio duró una hora y media. A su término, fuera del templo, el obispo rezó un responso en el monumento a los mártires, se cantaron los himnos nacionales de la Argentina y de Armenia y habló el doctor Karamanian.
“Por un suspiro de la historia”
“Nosotros, los que estamos aquí con sangre armenia, no fuimos víctimas directas del genocidio por un suspiro de la historia –dijo-. Nuestro pueblo tiene cinco mil años y evitamos esta terrible página apenas por una, dos, tres o cuatro generaciones. No puedo ni imaginar lo que habrá sido sentir el padecimiento de ese horror en carne propia pero hoy sí siento que nos niegan el genocidio en la cara, pagando historiadores, pagando documentales, haciendo lobby político, social y artístico, intentando boicotear nuestras iniciativas reivindicatorias”.
Pero señaló que “la verdad va encontrando su hueco para asomar”, en un discurso que impresionó mucho a los presentes, muchos de los cuales se acercaron a saludarlo. “Lo que es inaceptable, lo que no se puede tolerar, lo que subleva toda nuestra sangre armenia es que aquellos que tienen que asumir la responsabilidad política de lo que hicieron sus gobernantes nos nieguen en la cara el delito que han perpetrado, el genocidio que han consumado.”
“Hemos sido testigos de valientes hombres y mujeres que alrededor del mundo han levantado su voz y con ella nuestra causa, como también hemos sido testigos de innumerables decepciones”, afirmó. “Hemos sufrido la traición de las grandes potencias que con nosotros han vencido en la primera guerra mundial como los Estados Unidos, Francia e Inglaterra, que nos han dado la espalda vilmente entonces como también lo hacen ahora ya que prefieren desoír nuestros justos reclamos para hacer prevalecer sus intereses geopolíticos en desmedro de la realidad histórica que conocen perfectamente”.
Elogio al papa Francisco
“Pero hay un hombre que se la jugó por nosotros sin medir las consecuencias y sin otro interés que el reconocimiento de la verdad. Un hombre que nos quitó las afrentas, que nos puso de pie y que le dijo al mundo que los turcos han cometido el primer genocidio del siglo XX y que ese genocidio ha sido contra el pueblo armenio. Ese hombre es nuestro papa Francisco y esa voz es para nosotros la voz de Cristo que desde el año 301 nos acompaña en cada uno de los actos de nuestro ser nacional armenio”.
Y concluyó diciendo: “Que sepa el mundo que los armenios no vamos a claudicar, venceremos o no, pero no callaremos nuestro grito, no bajaremos nuestra causa, no dejaremos de exigir justicia que no es otra cosa que exigir el reconocimiento del genocidio armenio y la devolución de todos los territorios usurpados en donde se ha escrito gran parte de nuestra rica historia”.
Reunión comunitaria
Luego se sirvió un “Madagh” (almuerzo comunitario gratuito en homenaje a los mártires) en el salón parroquial. El plato principal de trigo, garbanzos y filamentos de pollo fue acompañado de un yogurt líquido aguado (tan) y de postre se sirvieron unos bocaditos dulces de sémola con nueces (helwa). En un momento del almuerzo hubo una representación del conjunto de Danzas Folclóricas Armenias Narek.
Al concluir la reunión, el obispo Boghossian se refirió a los monumentos recordatorios del genocidio que como obispo de los armenios católicos de América latina inauguró en Buenos Aires, en Montevideo y en San Pablo, Brasil. Agradeció a todos y lo mismo hizo monseñor Pablo Hakimián, párroco de Nuestra Señora de Narek, que un rato antes había concelebrado la solemne misa, ayudada por varios acólitos.
Además, unos días antes, monseñor Hakimián había grabado la misa que fue transmitida en la misma mañana del domingo por el canal 7 (Televisión Pública) y en otros horarios por diversas señales y emisoras de televisión. En esa grabación tuvo un cálido recuerdo para el presbítero Alberto Balsa, que promovió la misa por televisión durante décadas y que siempre fue amigo de la comunidad armenia.+ (Jorge Rouillon)
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