La Misión Arquidiocesana de Ramos y la misa del cardenal Poli anticiparon la Semana Santa
La misión llevará por lema Nunca deja de amarnos y se enmarcará en la preparación para el Sínodo Arquidiocesano al que se encamina Buenos Aires.
Los misioneros bendecían a comercios y transeúntes, rezaban un Padrenuestro o un Avemaría con quienes se acercaban a las mesas misioneras instaladas en lugares estratégicos de la ciudad, donde obsequiaban ramos de olivos y estampas.
Por la tarde se realizó una procesión hasta el Parque Rivadavia, frente a la parroquia Nuestra Señora de Caacupé, del barrio porteño de Caballito, donde el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió la misa de vísperas.
Para muchos otra Semana Santa, para todos hay una novedad, destacó el purpurado, y agregó: La Semana Santa nos dejará una lección para cada uno de nosotros, porque nos convierte en testigo de la pasión de Jesús de Nazaret.
Su misericordia no tiene límites y llega a nosotros esta Semana Santa, sostuvo.
El cardenal Poli explicó que la liturgia de la Pasión nos invita a tomar conciencia de que en el corazón de Jesús, en su mente, los que se espejan en sus ojos no son sólo los hombres y mujeres de su generación, sus contemporáneos, sino que Él amo y se entregó por todos, y debemos decir también por mí, por cada uno de nosotros.
Nada en Él fue falto de compasión por nuestras miserias, aseguró, y agregó: Nosotros también deseamos confirmarnos en esa escuela de sabiduría que dejó el Maestro en la cátedra del amor crucificado. De los amores del Universo no conocemos un amor tan grande como el de Él.
Los misterios que vamos a celebrar esta Semana Santa iluminan, fortalecen y renuevan nuestro espíritu religioso, que nos llevan a la fuente de la alegría del resucitado, alegría de la buena y verdadera, que nada ni nadie nos podrá quitar: saber que Jesús vive, está a nuestro lado, nos acompaña en el camino de la vida, que no nos abandona ni en nuestra pascua, cuando de su mano nos hará pasar a su reino, por confiamos en Él y nada nos hará faltar, subrayó el purpurado
El me hace descansar en verdes praderas que conducen a aguas tranquilas, él repara mis fuerzas, él me guía por el recto sendero, por amor de su nombre, aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo, Señor, Maestro. Tu vara y tu bastón me infunden confianza, concluyó.
Testimonios
Alexia (17 años): "Lo que más me quedó, fue un gesto de un nene, que me pidió estampitas y me pregunto quién era el de la foto (Jesús) y cuando le termine de explicar me abrazo y se fue".
Mili (15): "Hubo buena onda y respeto desde la gente al recibirnos y entre nosotros".
Micaela (26): "Compartí con mi familia la misión y renovó mis vínculos".
Rodrigo (23): "La aceptación de la gente me sorprendió".
Nelson (28): "Es impresionante la vida que tiene la ciudad, que necesita detenerse en el otro para encontrarse con la vida"
Gonzalo, dirigente juvenil, de 21 años: "La experiencia sirvió para que estemos misionando en comunión".+
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