Mons. Aguer llamó a interpretar nuestra vida a la luz de la resurrección del Señor
“Toda la Cuaresma nos ha ido advirtiendo e inculcando la metanoia, la conversión, el cambio de mentalidad, del modo de pensar las cosas, de vernos a nosotros mismos y a nuestro prójimo”, destacó monseñor Aguer, y aseguró que “todo eso se tiene que concretar en la Pascua”, que es “el gran domingo del año, el domingo por excelencia”.
La resurrección de Cristo, indicó el prelado, “es como nosotros, los cristianos, tenemos que interpretar nuestra vida y también nuestra muerte. El Señor estuvo muerto y nosotros somos mortales. Y Él estuvo muerto porque quiso compartir en todo nuestra humanidad, también en nuestra muerte”.
“El problema de la muerte es una cuestión difícil de abordar para todos, aún para una persona de fe”, advirtió monseñor Aguer. “Uno tiende a mirar la muerte con aprensión, con temor, es una especie de túnel oscuro que uno no sabe cómo va a atravesar. La fe nos dice que en el otro extremo de ese túnel se encuentra el Señor esperándonos y que, además, como profesamos en el credo, al fin de los tiempos, cuando vuelva Jesús como Rey para instaurar definitivamente su Reino, nuestros cuerpos van a resucitar”, concluyó.+
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