Mons. Uriona: “Pidamos a Dios que conceda el don valioso y frágil de la paz”
Este encuentro interreligioso contó, además, con la participación del intendente Juan Manuel Llamosas; de Mauricio Kremer, representante de la comunidad judía; la subsecretaria de Educación y Culto municipal, doctora Mercedes Novaira, y el coordinador del Programa de Culto, Juan Pablo Picco, además de otros funcionarios, concejales y vecinalistas locales.
Durante el encuentro, el coro de niños del Colegio La Merced interpretó el “Aleluya” y la cantante litúrgica Jazanit presentó la canción “Ve Ulai”.
“Vamos a plantar este ‘olivo de la paz’ en el contexto de la Pascua judía y cristiana”, destacó monseñor Uriona, y agregó: “La Pascua cristiana es el anuncio de la Resurrección de Cristo. El ¡aleluya! que cantamos expresa esa alegría”.
El prelado recordó que en virtud de la Resurrección, que “constituye la auténtica y verdadera novedad de la historia y del cosmos, estamos llamados a ser hombres y mujeres nuevos según el Espíritu, afirmando el valor de la vida. ¡Algo nuevo ya comenzó a resurgir!”
“Seremos hombres y mujeres de resurrección, hombres y mujeres de vida, si, en medio de los sucesos que afligen al mundo -¡hay tantos hoy!- en medio de la indiferencia que aleja de Dios, en medio de la violencia y la guerra, sabremos tener gestos de solidaridad, gestos de acogida, alimentar el deseo universal de la paz y la aspiración a un ambiente libre del degrado”, aseguró, y añadió: “Se trata de signos pequeños, comunes y humanos, pero que, sostenidos y animados por la fe en el Señor Resucitado, adquieren una eficacia muy superior a nuestras capacidades”.
“Que Dios nos ayude a ser signos claros de Cristo resucitado entre los eventos del mundo, para que cuantos se encuentran en la tribulación y en dificultades no permanezcan víctimas del pesimismo y de la derrota, de la resignación, sino que encuentren en nosotros a muchos hermanos y hermanas que les ofrecen su apoyo y consolación”, subrayó.
Por último, monseñor Uriona expresó: “Al plantar este olivo, símbolo de paz en nuestra comunidad riocuartense, le pedimos a Dios que nos conceda el valioso y frágil ‘don de la paz’, hoy fuertemente amenazada de diversas maneras y en distintas partes de nuestro planeta”, y puntualizó: “Oramos particularmente por los acontecimientos de Venezuela y por las confrontaciones que se dan en nuestra patria”.+
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