Al finalizar la CXLI Asamblea Plenaria de la CEE, los obispos ecuatorianos aseguraron en un comunicado que de ninguna manera se pueden "sentir indiferentes ante el drama que padecen. Los acompañamos de corazón y sentimos toda su angustia".
Tras poner la situación bajo el amparo de la Virgen de Coromoto, para que “la justicia, la democracia y la reconciliación en el hermano país, tan querido, sean una realidad, pidieron "que estos días críticos queden definitivamente en el pasado".
Asimismo, expresaron su cercanía a los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos venezolanos que, "ante la dramática situación en la que viven, no han dejado de anunciar con valentía el Evangelio y, fundamentados en la búsqueda del bien común y el respeto a la ley natural, defienden la dignidad irrenunciable de toda persona, con los demás valores humanos, cívicos y democráticos, de los que “todo gobierno tiene que ser el primer garante”.
Los obispos ecuatorianos elevaron “una sentida y profunda oración a Jesucristo resucitado”, a fin de que tenga fruto “todo esfuerzo para la construcción democrática de una convivencia libre, justa y fraterna”.
“Que, a través de decisiones políticas generosas y realistas, en espíritu de diálogo, los venezolanos puedan recobrar la esperanza en el futuro, corrigiendo “una distorsión moralmente inaceptable”, concluyó.+
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