La jornada se desarrolló en el salón de la capilla del Sagrado Corazón y comenzó con una misa presidida por monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de Nueve de Julio.
El prelado convocó a los representantes parroquiales a escuchar la voz de Dios y a no restringir su labor sólo a la asistencia con bolsones de alimentos y ropa a las familias necesitadas, sino a estar atentos a las nuevas formas de pobreza y necesidades de promoción humana que hoy se presentan como desafíos. También los exhortó a sumar colaboradores a la institución y a no dejarse llevar por el desaliento que provocan las limitaciones e ingratitudes cotidianas.
Monseñor Torrado Mosconi aprovechó la oportunidad para recordar su firme intención de que las parroquias avancen en la conformación de los centros de atención de adicciones, también llamados centros barriales u Hogares de Cristo. En este sentido, destacó la labor del presbítero Germán Loriente, quien recientemente impulsó la creación del primer hogar en la localidad de Pellegrini, que ya cuenta con 16 colaboradores.
El obispo insistió en que es urgente que la Iglesia responda al llamado del Papa a ser una Iglesia cada vez más abierta a la comunidad y “en salida”, atenta a las nuevas formas de pobreza y a todas las circunstancias que la envuelven.
“No podemos ser indiferentes a la realidad de tantos chicos y jóvenes que están perdiendo sus vidas por las adicciones. Una vez que se entra en este espiral, sus futuros quedan muy hipotecados”, enfatizó el obispo y llamó a no mirar para otro lado: “Debemos y podemos colaborar con nuestro pequeño grano de arena”.
Asimismo objetó la idea de que estos centros barriales deban estar constituidos por especialistas. “Sólo hacen falta una o dos personas que se comprometan con el corazón, los brazos extendidos y las manos abiertas. Deben ser personas prudentes, con un corazón grande, con deseos de ayudar y con una fortaleza espiritual que puedan acompañar estas situaciones”, afirmó.
Además, acentuó el servicio espiritual y humanitario que tienen como finalidad estos centros, encuadrados dentro de la fe cristiana y abiertos a un trabajo en red con otras instituciones, con el Estado y con profesionales de las distintas áreas.
Durante el encuentro disertó Marcelo Del Campo, que realiza esa labor en un hogar en la localidad de Carlos Casares y que tiene una vasta experiencia en el conurbano bonaerense. Posteriormente se realizó la presentación de la colecta anual que se realizará los días 10 y 11 de junio, y se entregaron a las parroquias presentes los materiales y la folletería correspondiente.
La colecta tendrá como finalidad, entre otras, la ayuda a las ciudades y regiones afectadas por las inundaciones, especialmente en Comodoro Rivadavia y en el sur de la provincia de Tucumán. El obispo hizo referencia también a que la semana pasada estuvo visitando pueblos del partido de Villegas que están sufriendo por el cierre de los tambos y por los campos inundados.
Cabe recordar que este año la consigna de la colecta es “Si ves en el otro a tu hermano, nadie puede quedar excluido”, inspirada en una reflexión del papa Francisco dirigida a la sociedad civil en la Iglesia de San Francisco en Quito (Ecuador). El lema se refiere justamente a las nuevas formas de pobreza en las sociedades occidentales modernas, a las que la Iglesia no puede dejar de atender.+
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