“La liturgia de la Palabra de este día nos presenta a María en espera del nacimiento de su hijo Jesús, que a la vez es el Hijo de Dios”, explicó el director de Obras Misionales Pontificias (OMP) en la Argentina, presbítero Dante De Sanzzi, en un mensaje. “Lo emocionante del acontecimiento es su partida para visitar a su parienta Isabel que también espera un hijo y que será el Precursor, Juan, el que bautizará con agua y esperará la presencia del Señor en el río Jordán para dejar paso al misionero del Padre y su Espíritu Santo para penetrar en la vida de los futuros cristianos”, añadió.
“En el encuentro de las dos mujeres se da una imagen de la misión cristiana: la alegría de la que siente el impulso de transmitir la Buena Noticia y la que recibe a la vez, también con euforia, la llegada del Salvador”, describió.
“El diálogo es fuerte y conmovedor”, aseveró. “Isabel la recibe con gozo y exclamando ‘Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu seno”, y el niño que llevaba en su seno saltó de gozo. Y la respuesta de la Virgen es un cántico inspirado en varios pasajes del Antiguo Testamento: los pobres y humildes socorridos ante los poderosos”, detalló De Sanzzi.
María permaneció unos tres meses hasta el nacimiento de Juan y volvió a su casa. “Seguramente habrán sido muchos los frutos de esta visita, de esta misión. Llevar la verdad, manifestar el poder de Dios, sentirse auxiliados y correspondidos por el Padre, mostrar su misericordia, son los elementos indispensables para compartir con el hermano alejado”, afirmó el director de OMP.
“Que María reine en los corazones de los fieles, nos impulse a la misión de cada día con seguridad y alegría y celebremos como Iglesia misionera las grandezas del Señor”, deseó el sacerdote.+
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