Mons. Aguer: Hay que lograr la concordia nacional
Dirigiéndose a una amplia audiencia televisiva que sigue sus reflexiones de los sábados, el arzobispo platense comenzó diciendo: “Ustedes, queridos amigos, seguramente están enterados de la discusión acerca de lo que se llama “el 2x1”, que tiene que ver con un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que aplicó la ley más benigna a un condenado por delitos de 'lesa humanidad'. En mi opinión, que es la de los más prestigiosos juristas, es que el fallo de la Corte se ajusta plenamente a derecho, y lo que está en juego acá es el principio constitucional de la aplicación de la ley más benigna, que no admite excepciones. Para todo culpable debe correr esa ley”.
Y añadió: “Los más eximios juristas del país -citó como ejemplo a los doctores Gregorio Badeni y Jorge Reinaldo Vanossi- han pronunciado claramente su opinión reconociendo lo bien fundado del fallo. O sea que la Corte Suprema tiene razón aunque haya sido un fallo aprobado por una mayoría de 3 a 2”.
“Lo que me llama la atención -continuó monseñor Aguer- es que en este caso se ha manifestado una falla muy grave de nuestro régimen republicano. El Poder Ejecutivo intervino indebidamente. El discurso del Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional es lamentable, ha salido a discutirle a la Corte y ¿por qué el Ejecutivo tiene que salir a discutirle a la Corte? Luego se reúne apresuradamente el Congreso para votar una ley contra el fallo de la Corte, una ley que se aplicará retroactivamente. Estas cosas quieren decir que acá no se respeta la división de poderes y, entonces, esto no es una república, esto es una semirrepública en todo caso. En este asunto del “2x1” se juegan cosas muy delicadas y no es solo el hecho de si los militares han cometido crímenes o no. Ya sabemos que han cometido crímenes, pero no es eso lo que está en cuestión”.
Dirigiéndose a los televidentes monseñor Aguer prosiguió:
“Ustedes me pueden decir que este tema no es lo más grave que pasa y es verdad que no es lo más grave que pasa en el país, porque después de 30 años de democracia hay un 33% de la población que vive sumergida en la pobreza, hay niños desnutridos y ya conocemos todas las calamidades que tenemos que vivir. Por eso creo que este asunto hay que ligarlo en el conjunto de los males vigentes y para mostrar que la república no va. Así no va”.
Tras manifestar que “hay que revisar cosas fundamentales no solamente desde el punto de vista político, legal, etc., sino de la conciencia de la población”, el prelado platense contó que “en la última Asamblea Plenaria del Episcopado Argentino se hizo un panel interesantísimo. Estuvieron presentes la señora Graciela Fernández Meijide, la señora Marta Cristina Cacabelos, y el general de brigada Daniel D'Amico. La señora Fernández Meijide perdió a un hijo de 17 años, (¿qué pudo haber hecho ese pobre muchacho para merecer la muerte y esa forma atroz de la desaparición?). Ella es una política de raza, que ha dicho la verdad acerca del mito de los 30 mil. La señora Cacabelos perdió 4 hermanos, tiene fe y se dedica hoy a visitar a militares presos; y el general D'Amico sufrió la muerte de su papá, que era un joven teniente, asesinado vilmente por Montoneros. Los tres hablaron allí pensando en distintas perspectivas buscando la concordia, buscando acabar con esta dialéctica del rencor, del resentimiento y del odio aunque haya una multitud llenando la Plaza de Mayo. Yo me pregunto ¿qué entendía esa multitud del fallo del 2x1 que los movilizaba?”.
Hacia la concordia nacional
En este punto de su reflexión monseñor Aguer se preguntó: “¿Cómo se consigue la concordia nacional que el Episcopado Argentino procura continuamente?”, y se responde: “Pienso que tiene que haber un gran movimiento de opinión, un gran movimiento nacional, no político sino cultural, social, que tiene que ver con la conciencia de cada argentino, cada argentino debe plantearse y decir que así no se debe seguir, así no se puede seguir. La única solución, que es evangélica ciertamente, porque para los creyentes no hay discusión, pero es también profundamente humana, es el perdón. Es el perdón que se pide y es el perdón que se da y si no llegamos a eso no vamos a avanzar y vamos a seguir siempre en la misma”, porque “la historia argentina desgraciadamente es cíclica, siempre se repite lo mismo y me atrevo a decir que desde el 25 de Mayo de 1810. Pero creo que algún día podemos llegar a algo mejor”.
En los tramos finales de sus reflexiones el arzobispo expresó: “Este caso a mí me parece paradigmático: hay que respetar el fallo de la Corte Suprema. Hubo hasta un fiscal que quiere enjuiciar a los miembros de la Corte; ¿estamos todos locos? Por eso digo que esto no es una república, la nuestra no es una república. Habrá elecciones, todo lo que quieran, vamos a votar, unos van a votar con ganas, otros desganadamente, otros con bronca, para este lado o para este otro, pero eso no lo resuelve sino que, en todo caso, encamina momentáneamente las cosas, pero no resuelve la gran grieta nacional porque la grieta nacional es el rencor, el resentimiento, el odio y si no se supera eso no avanzamos”.
“Les dejo esto para que ustedes lo piensen y lo piensen profundamente en conciencia y se den cuenta de que hay que cambiar y ustedes también pueden hacer opinión”, concluyó.+
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