Mons. Arancedo: "La Patria es el 'nosotros' que hoy celebramos"
“Celebrar la gesta del 25 de Mayo de 1810 es recordar y sentirnos parte de una historia que no es nostalgia del pasado, sino responsabilidad de ciudadanos libres para proyectar su futuro”, aseguró el arzobispo, y agregó que “es memoria agradecida que nos compromete y nos debe llevar a asumir el presente desde un futuro que nos pertenece y desafía en la esperanza”.
Luego se refirió a la esperanza y al compromiso: “El hombre de esperanza es alguien que se compromete para que las cosas cambien”, advirtió, y afirmó que no se trata de “anclarse en el pasado ni soñar un futuro sin raíces”, sino que “la patria es el nosotros que hoy celebramos”.
“En este marco celebrativo del 25 de Mayo, donde pueblo y dirigentes son llamados a encontrarse como miembros de una misma comunidad, hemos venido a elevar una oración a Dios a quien reconocemos como Creador”, manifestó el arzobispo, y señaló que “invocar a Dios es un acto de sabiduría y confianza en Dios, como de reconocimiento de nuestra dignidad de criaturas con su grandeza y límites. No somos dioses, el hombre no se crea a sí mismo, pero somos protagonistas responsables de la creación recibida”.
Monseñor Arancedo reconoció además la importancia para un pueblo de “tener un ideal, un proyecto que incluya a todos”, e indicó que ese proyecto “necesita ir acompañado de valores que lo sostengan y que se encuentren, además, encarnados en testimonios de ejemplaridad”.
“La esperanza necesita de la confianza. ¡Qué bueno es ser confiable para mi hermano!”, exclamó el prelado, y consideró que la “crisis de confianza” es una enfermedad que debilita la vida cívica y social, que “compromete seriamente el crecimiento y la equidad de un pueblo”.
“Argentina necesita encontrar en sus hijos la sabiduría de diálogo y la capacidad de encuentro, pero también el valor de una vida virtuosa que traduzca a los valores en acciones y hábitos personales y sociales. No alcanza con proclamar valores, si éstos no llegan a arraigar en el corazón del hombre”, enfatizó, y desde la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz, cuna de la Constitución Nacional, pidió a Dios que podamos reconocerlo una vez más “como fuente de toda razón y justicia”.
Citando la oración por la Patria, monseñor Arancedo suplicó a Dios que nos ayude a decidirnos “a ser una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común, sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz”, concluyó.
Finalizado el tedeum, se realizó el tradicional desfile cívico-militar en la plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de Gobierno provincial. Participaron de los actos el intendente, José Corral el vicegobernador Carlos Fascendini, temporariamente a cargo del Poder Ejecutivo Provincial, y funcionarios municipales, como el secretario general, Carlos Pereira; el de Gobierno, María Martín, y el de Control, Ramiro Dall’Aglio.
El intendente Corral manifestó que “El 25 de Mayo es una fecha especial para todos los argentinos, porque nos recuerda que somos parte de un destino común, que se manifiesta en la Patria y la Nación, y que nos da un sentido de pertenencia a la comunidad”, y pidió que esta sea una oportunidad para reflexionar sobre los esfuerzos que debemos realizar para construir entre todos un país mejor”.
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