Mons. Bressanelli ratificó la opción diocesana por los derechos humanos

Mons. Bressanelli ratificó la opción diocesana por los derechos humanos

Neuquén (AICA): El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, destacó el compromiso de monseñor Jaime De Nevares con la vida y los derechos humanos, y en contra de todo tipo de violencia e impunidad, al ratificar que esa es la herencia que legó el primer diocesano local y una opción personal y comunitaria en esta jurisdicción eclesiástica. “La causa de Don Jaime, porque es la causa del Reino de Dios, es para mí un compromiso de vida, que quiero seguir viviendo fielmente hasta la muerte, con la gracia de Dios y el sostén de todos ustedes”, sostuvo en una carta abierta a la comunidad.
El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, recordó con estima y admiración a monseñor Jaime De Nevares, en una carta abierta a la comunidad con motivo del vigésimo segundo aniversario del fallecimiento de quien fue el primer diocesano local.

“Como hombre de Dios y de la Iglesia, su entrega pastoral al servicio de todos, especialmente de los más pobres y excluidos, y su valiente compromiso en la defensa de los derechos humanos en tiempos tan violentos y plagados de injusticias, como lo fueron los de la dictadura (1976-1983), son un ejemplo que nos impulsa a afianzar nuestro propio compromiso en el servicio a aquellos sectores de la sociedad que ‘hoy’ son excluidos y que no tienen las mismas oportunidades de desarrollo, de dignidad y de felicidad que Dios quiere para todos sus hijos”, destacó.

El prelado subrayó que “este compromiso de Don Jaime está en los orígenes de nuestra historia como Iglesia neuquina, y es la herencia que nos legó”, y ratificó la opción personal y diocesana por los derechos humanos y aclaró lo acontecido en la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina en torno al espacio de diálogo sobre lo acontecido durante la última dictadura militar.

“Quiero dejar bien asentado que, como Iglesia neuquina: estamos siempre en favor de la vida, y de la vida en abundancia y plena para todas las personas; estamos contra todo tipo de violencia, venga de donde viniera y cualquiera sea el fundamento que la pretenda justificar; y estamos contra toda impunidad real y legal, total o parcial, directa o encubierta”, detalló.

“No podemos nunca equiparar el terrorismo de Estado con el delito guerrillero. Aun rechazando con firmeza a ambos, los crímenes del terrorismo de Estado son de una gravedad mayúscula ya que fueron cometidos usando el aparato del Estado por quienes debían ineludiblemente cuidar la vida, el derecho y el bien de los ciudadanos”, diferenció.

“Al obrar fuera de toda norma jurídica, secuestrando, robando, torturando, matando, haciendo desaparecer a personas y apoderándose de niños que fueron entregados a otras familias, dichos crímenes merecen una pena congrua y ejemplar. Considero, por eso, que la aplicación reciente del beneficio del 2 x 1 aquí no cabe”, subrayó al referirse al fallo reciente de la Corte Suprema de Justicia en un caso de delito de lesa humanidad.

Monseñor Bressanelli consideró que “tampoco es justo prolongar detenciones sin juicio ni condenas. La justicia lenta y largamente esperada conspira contra la paz social. La justa pena es castigo, pero no ha de ser venganza. Por lo tanto ha de darse dentro de las condiciones legales y humanas que garantiza nuestra Constitución Nacional”. “Les aseguro que la causa de Don Jaime, porque es la causa del Reino de Dios, es para mí un compromiso de vida, que quiero seguir viviendo fielmente hasta la muerte, con la gracia de Dios y el sostén de todos ustedes”, subrayó en una carta.

“Desde hace más de dos años, los obispos nos venimos reclamando un espacio interno (es decir entre nosotros mismos) de diálogo, examen de conciencia y sinceramiento acerca de la comprensión de los años de dictadura (1976-1983), y de la responsabilidad que le pudo caber, en ese tiempo, a la Conferencia Episcopal en su modo de obrar”, explicó.

“Ninguno de los que actualmente somos Obispos en función de gobierno, era miembro del Episcopado en ese tiempo. Los que somos más viejos éramos sacerdotes. Otros eran seminaristas; otros, jóvenes laicos; otros, adolecentes”, puntualizó.

“El ‘espacio’ que nos propusimos tener es parte de un itinerario que nos ocupará momentos significativos en varias reuniones plenarias. Creo que si entre nosotros los Obispos seremos capaces de reconciliarnos objetivamente sobre este tema, podremos ayudar a todos a construir una Patria de hermanos”, agregó.

Tras plantear que el primer paso de este espacio fue escuchar testimonio de familiares de víctimas de la violencia en esos años y “escucharnos unos a otros” entre los obispos, indicó que como el resto del país se enteraron en ese contexto del fallo de la Corte Suprema sobre el beneficio del “2x1”.

“Injusta y ¿maliciosamente? diversos sectores quisieron involucrar al cuerpo episcopal en dicho fallo, tergiversando el contenido y finalidad de nuestra sesión recién explicada, llegando alguno hasta el colmo de decir que los obispos le dimos el sustento ideológico/doctrinal al fallo de la Corte”, cuestionó.

“Ante tan falsas interpretaciones, ajenas y contrarias a la verdad, quiero expresar firmemente: el fallo de la Corte Suprema corre pura y exclusivamente a su cargo. El Episcopado nada, absolutamente nada, tuvo que ver con él. Nuestro diálogo y reflexión, que en la agenda publicada previamente por el secretariado de la CEA apareció bajo el término de ‘reconciliación’, en ningún momento incluyó el tema de los condenados a prisión, ni del ‘2x1’”, sostuvo.

El prelado precisó que “la reconciliación, en la enseñanza cristiana, no es, ni lo fue nunca, sinónimo de impunidad ni de echar un manto de olvido sobre acciones realizadas como si nada hubiera sucedido. Todo lo contrario”, y reconoció que hubo una falla en la comunicación por parte del Episcopado.

“Vuelvo a Don Jaime. Él fue un hombre del: ‘al Sí, sí; al No, no’. Quiero, como pastor de Neuquén, ser fiel a este modo de conducta, admitiendo también mi pobreza y lo lejano que estoy de su estatura. Lo estimo enormemente como predecesor. El camino trazado por él creo haberlo vivido aun antes de venir aquí, pero aquí en Neuquén fue fortalecido por la gracia de Dios, por el sostén de esta Iglesia de la que hoy soy pastor, y por el testimonio de tantos de Ustedes”, añadió.

Por último, monseñor Bressanelli pidió perdón a “todas las personas que, a pesar de mi buena voluntad, pude haber defraudado. Les aseguro que la causa de Don Jaime, porque es la causa del Reino de Dios, es para mí un compromiso de vida, que quiero seguir viviendo fielmente hasta la muerte, con la gracia de Dios y el sostén de todos ustedes”.+
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