Mons. Martorell: Tras la Ascensión empieza la evangelización
“Será necesario -señaló a continuación- enseñar a todas las gentes el Evangelio, administrar los sacramentos y vivir según la caridad; sin embargo, todo esto no comenzará inmediatamente, Cristo quiere una espera, un tiempo de oración, después vendrá el Espíritu Santo y comenzará la misión, primero la oración y después comenzará la obra de la Iglesia que no tendrá fin sino en la Parusía, cuando termine nuestra peregrinación terrena”.
“Jesús -comentó el obispo- volvió al Padre, de donde había venido, y después de sufrir las humillaciones aquí en la tierra, volvió a la Gloria que le corresponde, no a la gloria futura de todos los hombres, sino a una Gloria inmediata, la que le corresponde al Resucitado.
Seguidamente monseñor Martorell cita los textos donde se narra el acontecimiento de la Ascensión: “Los evangelistas fueron testigos visibles de la Ascensión, los que lo habían visto morir en la Cruz lo vieron subir a los Cielos, así nos lo relata Marcos: “El Señor Jesús fue llevado al Cielo y está sentado a la derecha de Dios”. Y Lucas nos cuenta como “Mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al Cielo”. Y los Hechos atestiguan lo mismo: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra, y diciendo esto los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube los ocultó a la vista de ellos”.
“Es la Ascensión -comentó finalmente el prelado-, la esperanza para la vida de fe del cristiano, que en su peregrinar por la tierra, muchas veces se ve solitario en su fe, muchas veces sufriente y en la aridez de la fe misma”.+
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