Los jóvenes celebran un año de la JMJ Cracovia 2016

Un año transcurrió ya desde la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Cracovia, Polonia, del 25 al 31 de julio de 2016. Este tipo de aniversarios trae recuerdos, anécdotas, imágenes e historias, que nos hacen querer revivir esos momentos vividos junto al papa Francisco.

Por ello, este artículo recopila las palabras del Papa, noticias de aquellos días, fotografías, testimonios, especialmente sobre los momentos más centrales que compartieron los jóvenes con el Santo Padre.

Ceremonia de bienvenida
La JMJ recién comenzaba y era el primer encuentro de muchos jóvenes con Su Santidad. Tal como invitaba el lema de la jornada: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”, así también lo hizo Francisco ya desde el comienzo de su viaje a Cracovia, donde aseguró que la misericordia “tiene rostro joven”.

“Es estimulante escucharlos, compartir sus sueños, sus interrogantes y sus ganas de rebelarse contra todos aquellos que dicen que las cosas no pueden cambiar”, aseguró el Papa en la ceremonia de bienvenida. “Algunos no están seguros de esto. Yo les pregunto: ‘¿Las cosas pueden cambiar?’. [Sí, responden los jóvenes] ‘No se escucha’ [Sí, repiten]. Es un regalo del cielo poder verlos a muchos de ustedes que, con sus cuestionamientos, buscan hacer que las cosas sean diferentes”, continuó.

“La Iglesia hoy los mira y quiere aprender de ustedes, para renovar su confianza en que la Misericordia del Padre tiene rostro siempre joven y no deja de invitarnos a ser parte de su Reino, que es un reino que nos hace capaces de cambiar las cosas”, añadió.

Viacrucis con los jóvenes
Muchos aseguran que el viacrucis en Parque Blonia fue uno de los momentos más conmovedores de la jornada. El rezo estuvo acompañado por cantos, coreografías y proyecciones de video de las que participaron personas refugiadas, en situación de calle, asociaciones que se encargan de realizar obras de misericordia y grupos de diversos países que cargaron la cruz de estación en estación.

Luego, el Sumo Pontífice aseguró que “sin la misericordia no se puede hacer nada”, e invitó a los jóvenes a ser “protagonistas de su servicio” y “signos del amor misericordioso” de Dios.

Vigilia de oración
Más de siete kilómetros bajo el sol debieron caminar los jóvenes para participar de la vigilia de oración en el ‘Campus Misericordiae’. Francisco llegó al atardecer en el papamóvil y -después de circular en medio de los jóvenes que rebosaban de alegría y entusiasmo- cruzó la Puerta Santa junto con un grupo de ellos que representaban los diversos continentes.

Tras escuchar diversos testimonios, el Papa dirigió unas palabras a los jóvenes en las que los alentó a dejar “el adormecimiento” y a ser protagonistas del tiempo actual que los necesita “como titulares en la cancha”, dijo usando una imagen deportiva.

“El tiempo que hoy estamos viviendo, no necesita jóvenes-sofá, jóvenes adormecidos, embobados, atontados, sino jóvenes con zapatos; mejor aún, con los botines puestos”, aseveró.

Esa noche, el Papa y las miles de personas presentes adoraron juntos el Santísimo Sacramento. Antes de retirarse, el Papa bendijo a los jóvenes, que permanecieron en el lugar para vivir una noche de oración en espera de la misa del domingo con la que el pontífice clausuró la JMJ.

Misa de clausura
Al finalizar la vigilia, algunos permanecieron en vela y en oración y otros intentaron dormir acomodándose como podían en el suelo del campo. Esa mañana del domingo 31 de julio, el papa Francisco habló del riesgo de caer en el peligro de quedarnos lejos de Jesús porque no nos sentimos a la altura, porque tenemos una baja consideración de nosotros mismos.

“Nadie es insignificante, sino que todos somos predilectos e importantes: ¡Vos sos importante! Y Dios cuenta con vos por lo que sos, no por lo que tenés: ante él, nada vale la ropa que llevás o el teléfono que usás; no le importa si vas a la moda, le importás vos”, afirmó el Papa.

En segundo lugar, invitó a perder “la vergüenza paralizante”. “Esto es para nosotros el secreto de la alegría: no apagar la buena curiosidad, sino participar, porque la vida no hay que encerrarla en un cajón. Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados. A Él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple ‘mensajito’”, puntualizó.

Finalmente, pidió a los peregrinos no desanimarse por lo que dicen los demás. “Puede que los juzguen como unos soñadores, porque creen en una nueva humanidad que no acepta el odio entre los pueblos, ni ve las fronteras de los países como una barrera y custodia las propias tradiciones sin egoísmo y resentimiento. No se desanimen: con su sonrisa y sus brazos abiertos predican la esperanza y son una bendición.

Encuentro con los voluntarios
Unos 25 mil fueron los voluntarios que ayudaron en la JMJ, tanto polacos como de todas partes del mundo. Daban información, armaban vallados humanos, ayudaban a la prensa, colaboraban en el Festival de la Juventud, sacaban fotografías, entre cientos de tareas que debieron realizar, siempre con una sonrisa a pesar del cansancio y la falta de sueño.

Por eso, al reunirse con ellos al final de su viaje, el papa Francisco decidió dejar de lado su “aburrido” discurso escrito y se dirigió a ellos improvisando.

"Preparar una JMJ es toda una aventura, es meterse en una aventura y llegar, llegar, servir, trabajar, hacer y después despedirse", dijo Francisco y recordó a los jóvenes que para ser la esperanza del futuro necesitan dos condiciones: memoria y coraje.

Encuentro de los argentinos
“¡El Papa toma mate, el Papa toma mate!”, cantaba la juventud argentina mientras esperaba para ingresar al templo para celebrar la misa de los argentinos junto con los obispos y sacerdotes que los acompañaron en el viaje.

En la homilía, el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, llamó a la juventud argentina a “superar las divisiones que nos separan de formar el único pueblo de Dios y dejar que gane la misericordia de Dios”.

La euforia marcaba los cantos y los rostros al finalizar el encuentro. “Esta es la juventud del Papa”, exclamaban los argentinos, aceptando el compromiso de “volver a la Argentina llenos de la alegría de ese encuentro con Dios a través del Papa para transmitirla a quienes no pudieron ir, porque es en la vida cotidiana acompañada con Cristo donde está la vida plena”.


Testimonios

Y una luz se encendió

“Iniciando la vigilia, luego de la misa, una amiga y yo nos perdimos. Íbamos rezando para encontrar a nuestro grupo, con la cabeza gacha. En un momento miramos al frente y vemos miles de luces en un campo interminable. Eran velas. Fue la mayor muestra de fe que haya visto. Quisimos unirnos, así que yo miraba el mapa y mi amiga llevaba las dos velas que logramos conseguir. Sólo habíamos prendido una. Cuando nos dimos cuenta llevábamos dos llamas, milagrosamente la otra vela se encendió. Desde ese momento con mi amiga somos como hermanas. Nos une una amistad muy profunda basada en el amor a Dios y todo lo vivido en esa vigilia en Cracovia” (Anónimo).

Donde no hay odio, hay amor

“Destaco dos momentos. Uno pasó en el Campo Misericordia, donde unos chicos sirios estaban caminando y unos franceses se abrieron camino para que pasaran. Mientras los chicos sirios pasaban, los franceses los aplaudían. Esto fue muy fuerte porque fue en pleno conflicto entre Francia y Siria. Y el otro fue en la pre jornada donde la familia que nos recibió nos saludó con la mano tanto a mí como a mi compañero y, cuando nos íbamos, se largaron a llorar y nos abrazamos con toda la familia”. (Anónimo).


Un lenguaje en común: la fe y el servicio

“Mi trabajo como voluntario consistió en la atención de la oficina de Asuntos Internacionales, donde recibíamos a los representantes de los contingentes de todos los países participantes de la JMJ. Día a día, estar en contacto con peregrinos de más de 180 países, me permitió experimentar aún con mayor fuerza el carácter universal de la Iglesia y cómo la JMJ es un evento único que posibilita tal comunión, fraternidad, participación y entendimiento mutuo, superando todas las barreras geográficas, idiomáticas y culturales” (Anónimo).

“A mí me movió escuchar los testimonios de habitantes de otros países y su situación para lograr ir a la jornada. Por ejemplo, el caso de los venezolanos. Eso te anima a pensar que cuando tenemos la posibilidad de permanecer con Jesús siempre hay que animarnos, no todos tienen la posibilidad y, si Jesús nos la hace tan fácil, entonces accedamos” (Anónimo).

¿Por qué ir a la JMJ Panamá 2019?
La próxima Jornada Mundial de la Juventud se realizará en Panamá del 22 al 27 de enero de 2019, con el lema “He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Si tuvieras que animar a alguien a participar de la JMJ Panamá 2019 ¿Qué motivo le darías?

“La JMJ le da fuerzas a tu fe, emoción, alegría, orgullo y misericordia. No hay nada más lindo que un viaje para enfocarte en tu fe y compartirla con gente de todo el mundo sabiendo que no sos el único creyente, que no estás solo” (Cindy Wilkinson).

“Animate a compartir la fe con jóvenes de todo el mundo. Es una experiencia que te cambia la vida” (Anónimo).

“La JMJ cambia tu vida en sustancia. Cada una va dejando una huella imborrable en tu corazón. Cada momento es inolvidable y Jesús se hace presente en cada uno de los participantes. Jesús es casa para vos y vos podés ser casa para otros. Animate a vivirla” (Juan Raggi).

“¿Querés volver a sentir la capacidad de bondad y el amor de la humanidad? ¡La JMJ es el lugar indicado para vos!” (Anónimo).

Ver noticia: El Papa anuncia que Panamá será la próxima sede de la JMJ 2019

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