En su 14º edición, la misión tiene un rasgo particular: la Cruz peregrina de Matará acompaña a los jóvenes en sus recorridas por los barrios. Fue entregada a los delegados de los grupos misioneros de cada diócesis para que peregrine con el pueblo. Recorrerá las ocho regiones pastorales, propiciando la reflexión y la oración comunitaria para responder a la pregunta: “¿A qué lugares iría Jesús hoy?”.
Del 16 al 19 de julio la Cruz recorrió los barrios aledaños a la parroquia María Madre de Dios, en el barrio Lomas, de Moreno. Por estos días y hasta el fin de la misión, visitará los barrios cercanos a la parroquia Nuestra Señora de Itatí, en el barrio Matera, de Merlo.
El 19 de julio, ambos grupos misioneros se reunieron para realizar un gesto misionero con la Cruz de Matará en la plaza San Martín de Moreno. Los jóvenes rezaron, recibieron las intenciones de quienes los acompañaron en la plaza, y realizaron el traspaso de la cruz al grupo de Merlo, que se trasladó en tren para continuar “en salida misionera” al encuentro de la comunidad llevando la Cruz de consuelo y salvación.
Escuela de Animación Misionera
Animadores de la región Buenos Aires, y de las provincias de Santa Fe y Córdoba, participan por estos días de la Escuela de Animación Misionera (ESAM), propuesta por Obras Misionales Pontificias como una actividad de formación para animadores de Infancia y Adolescencia Misionera. Reunidos en la Casa Scalabrini, de Merlo Norte, los animadores recibieron el 20 de julio la visita del obispo de Merlo-Moreno, monseñor Fernando Carlos Maletti.
“Contagiar la alegría de la fe”
En una celebración presidida por monseñor Maletti en Barrio Nuevo, Libertad, Merlo, el obispo dirigió un mensaje a los jóvenes de la futura cuasi parroquia Beata Mama Antula, que por estos días también realizan su actividad misionera.
“Vale la pena que la Trinidad de Dios sea el eje de nuestras vidas, vale la pena que la Virgen y los Santos sean los modelos de la fe, vale la pena que la Iglesia y el papa Francisco sean la familia en la cual nos movemos como cristianos y vale la pena que el amor solidario sea nuestro distintivo”, expresó el obispo.
Monseñor Maletti agradeció en nombre de la diócesis a los jóvenes que comparten “sus tiempos, talentos y recursos con los demás”, y deseó que “puedan decir al volver a sus hogares: «¡Fui a misionar y salí misionado! ¡Qué fuerza tiene la gente, cómo te abre el corazón, cómo te muestra su realidad, cuánta profundidad espiritual tienen algunas personas, cómo aceptan el sufrimiento, cómo viven las adversidades: la falta de trabajo, la falta de lo elemental para una vida digna, la falta de salud!»”.
“Que este ‘salir’ de ustedes, sea el contagiar la alegría de la fe, el irradiar la esperanza del Reino de Dios y comunicar el Evangelio de Jesús a un mundo donde hay tanta tristeza, tanto agobio, tanta violencia”, concluyó.+
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