Mons. Urbanc dedicó un templo en Sumalao
La misa se celebró en la mañana del domingo 23 de julio y fue concelebrada por el párroco de San Isidro Labrador (parroquia a la que pertenece el templo), presbítero Juan Ramón Cabrera y el párroco de Nuestra Señora de Fátima, llegado especialmente desde Fiambalá para compartir este momento con la comunidad donde años atrás se desempeñó como pastor.
Los fieles colmaron la capilla para dar gracias a Dios por haber terminado los trabajos de remodelación que llevaron varios años. Al inicio de la scelebración se leyó el decreto correspondiente, y monseñor Urbanc bendijo con agua el templo y a los presentes.
Luego de la bendición del ambón, se proclamaron las lecturas. En su homilía, el obispo reconoció que el templo totalmente renovado fue un sueño, y felicitó a quienes colaboraron con sus esfuerzos para hacerlo realidad.
Asimismo, explicó que tener un templo es algo muy importante, porque es el lugar de oración. Por ello agradecemos a la Santísima Virgen María, en su advocación del Rosario, que Ella esté protegiendo a este sector de la parroquia de San Isidro en Sumalao, manifestó.
A este templo hoy lo vamos a dedicar, eso significa que va a estar dedicado sólo para el culto, no para otra cosa. Hay en las paredes cuatro cruces que nos van a recordar que el templo está consagrado, las voy a ungir, como también voy a ungir el altar con el Santo Crisma. De esta forma el altar representa a Jesucristo. Espero que cada año, celebren la misa el 23 de julio, recordando esta dedicación, deseó.
El prelado llamó a los fieles a que vengan permanentemente a este templo a rezar y lo cuiden, y aseguró que sería lindo que los niños de la catequesis, cuando vengan, encuentren a su catequista rezando frente a Jesús Eucaristía, que puedan ver cómo la catequista verdaderamente ama y está unida a Jesús, cómo tiene una gran fe.
El obispo invitó a los presentes a hacer reparación en esta celebración por los daños que causan algunos hermanos a las imágenes de culto. Tenemos que rezar por ellos, y no les quepa la menor duda que María, quien estuvo firme a los pies de la cruz, ama incondicionalmente a los que la atacan, la maltratan, Ella es especialmente Madre de ellos. Y si queremos ser fieles a Ella tenemos que cuidar de esos hermanos.
Para finalizar, pidió a Nuestra Señora del Rosario, que nos dé la gracia de que en esta capilla, todos los días, en algún momento de la jornada, se pueda rezar el Santo Rosario, y felicitó a los catequistas por el trabajo realizado, llamándolos a que no se cansen, sigan e incluyan a más gente.
Luego de las letanías y de la unción del altar y las cruces ubicadas en las paredes con el óleo sagrado, se realizó la quema de incienso en el altar. Culminado el rito de la unción, miembros de la comunidad vistieron el altar con manteles, flores y velas. La consagración propiamente dicha se realizó en el momento de la consagración de la Eucaristía. Antes de impartir la bendición final, el Obispo bendijo el Sagrario y entregó las llaves al párroco para que custodie la Sagrada Eucaristía.
Finalmente, una catequista dirigió unas palabras de agradecimiento, tras lo cual los celebrantes y todos los presentes firmaron el acta y se despidieron cantando.
Con esta fiesta de la fe, la comunidad de Sumalao vio coronado el esfuerzo de tres años, bajo el impulso de un entusiasta grupo de catequistas, que se puso manos a la obra para recuperar este lugar de encuentro con Dios y los hermanos.+
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