El homenaje consistirá en una santa misa que presidirá el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la Zona Centro, monseñor José María Baliña, el miércoles 2 de agosto a las 17.30 en la capilla del Instituto Inmaculada Concepción, en el barrio porteño de Belgrano (Mario Bravo 585).
La Sierva de Dios Eufrasia Iaconis
La Madre Eufrasia Iaconis fue una inmigrante,una inmigrante de Dios.Tenía sólo 25 años cuando, el 2 de agosto de 1893 en pleno verano europeo, salió desde Génova hacia Buenos Aires en el vapor Sud América. Su misión era asistir a los enfermos del Hospital Italiano para brindarles consuelo y alivio.
Es curioso ver que un día 2 de agosto partió de su tierra natal, y también un día 2 de agosto dejó esta tierra para retornar a la Casa de Dios Padre.
Más de un mes duró la travesía. El 6 de septiembre desembarcó en el puerto de Buenos Aires. La Madre Eufrasia llegó a amar a la Argentina como si fuese su patria, hasta sentirse desterrada cuando debía alejarse de ella. Aquí dio inicio a una nueva congregación con el apoyo del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano Antonio Espinosa. En una carta dirigida a su director espiritual scribió: “…esa tierra bendita, Argentina, que encierra lo que mi corazón más ama y desea y lo que forma el ideal más grande y sublime de mi existencia”.
El año pasado, en ocasión de celebrarse el centenario de la partida al Cielo de la Madre Iaconis, el cardenal Mario Aurelio Poli dijo de la Sierva de Dios:
“Dios tuvo en cuenta su docilidad al Espíritu e infundió en su corazón la moción interior que suelen recibir algunos bautizados para emprender grandes obras de misericordia en la Iglesia de su tiempo. La Madre Eufrasia recibió el don y no lo enterró, sino que lo hizo fructificar en obras de misericordia: asistencias a los enfermos en hospitales, ancianos en asilos y escuelas de niños y jóvenes. La nueva familia de la Hijas de la Inmaculada Concepción que fundó en 1904 es un fruto de su constancia y contundente voluntad de perpetuar lo que había recibido de lo alto. Siete veces cruzó el océano Atlántico en fatigosos y largos viajes. Esta navegante del gran río de la misericordia, abrió estos oasis de ternura y compasión en ambas márgenes de su itinerario, uniendo con nuevas obras su amada patria con la nuestra, la que eligió para gastar los días de su vida hasta libarla como una ofrenda, como lo entendió San Pablo: ‘Sentíamos por ustedes tanto amor, que deseábamos entregarles, no solo la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos’.”.
La Madre Eufrasia Iaconis nació en Casino (hoy Castelsilano, sur de Italia) el 18 de noviembre de 1867, y falleció el 2 de agosto de 1916 en Buenos Aires, internada en el Hospital Pirovano, rodeada de sus hijas espirituales. Su fama de santidad se fue extendiendo y son numerosas las personas que acuden a ella para que interceda ante el Señor. El proceso de canonización de la Sierva de Dios, iniciado en 2002, entró ya en la etapa romana.
Más información en: http://meufrasiaiaconis.blogspot.com.ar/+
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