En el Ángelus, el pontífice destacó el clima de alegría que se vivió en ese entonces en la casa de Isabel y de su marido Zacarías, quienes esperaban la llegada de Juan Bautista, y sostuvo que esa alegría plena se expresa con la voz de María en la estupenda oración del Magníficat.
"El Magníficat canta a Dios misericordioso y fiel, que realiza su designio de salvación con los pequeños y los pobres, con los que tienen fe en Él y con los que confían en su Palabra, como María", subrayó.
El Papa aseguró que al celebrar a la Asunción de María Santísima "todos quisiéramos que Ella, una vez más, trajera a nosotros, a nuestras familias y a nuestras comunidades, ese don inmenso, esa gracia única que siempre debemos pedir en primer lugar y por encima de las demás gracias que también deseamos, a saber: ¡La gracia que es Jesucristo!".
Por último, el Santo Padre señaló que "María, al traer a Jesús, también nos trae una alegría nueva, llena de significado, una nueva capacidad de franquear, con fe, los momentos más dolorosos y difíciles. En una palabra: nos trae la capacidad de misericordia, para que nos perdonemos, comprendamos y sostengamos recíprocamente".+
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