En ese marco de la misión y la visita del sacerdote de la Pastoral de las Villas de Emergencia, comenzará a funcionar en la diócesis el centro barrial “Padre Pedro Traveset”.
El padre Di Paola es considerado un luchador incansable contra las drogas e inició en 2008 su trabajo pastoral en el interior de las villas porteñas, donde fundó el primer Hogar de Cristo, por mandato del cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco.
El sacerdote permanecerá en la diócesis hasta el 23 de noviembre, tiempo durante el que recorrerá los hogares de Ciudad Nueva, realizará encuentros con niños y adolescentes y celebrará la misa por la tarde.
El Centro barrial Padre Pedro Traveset
El Hogar de Cristo Padre Pedro Traveset es el primero que se pone en marcha en la diócesis de Nueve de Julio. De este modo se avanza con la insistente petición del obispo local, monseñor Ariel Torrado Mosconi, de abrir un centro barrial en cada una de las ciudades principales de los 17 distritos que conforman el territorio diocesano.
Estará ubicado en Sáenz Peña 955, pleno corazón de Ciudad Nueva y funcionará tres días por semana, de 10 a 17. Está destinado a adolescentes y jóvenes desde los 14 años con problema de adicciones.
Será dirigido por el padre Guillermo Gómez, a quien acompañarán el presbítero Ariel Palanga y la hermana Margarita. Lo atenderán un grupo de voluntarios y será asesorado y acompañado en sus inicios por dos especialistas en el campo, Marcelo Del Campo y Flavio Alman, que trabajaron en la entonces comunidad terapéutica de internación de Santo Tomás (localidad de Carlos Casares).
Los Hogares de Cristo
Los Centros Barriales u Hogares de Cristo nacen como propuesta de la Iglesia ante el creciente avance de los jóvenes y niños en el consumo de drogas. Se diferencia de otras instituciones en que asisten a la persona con una mirada integral humanitaria y trabajan en red con otras instituciones tanto públicas como privadas para satisfacer las necesidades, también las materiales, más inmediatas.
Otra de sus diferencias más notorias es que en vez de aguardar la llegada espontánea de los jóvenes salen a su encuentro. De este modo aplican a la realidad concreta la insistente prédica del Santo Padre para procurar una Iglesia cada vez más abierta y que sale a la calle en busca de quienes aún están alejados de ella.+
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