Mons. Arancedo: “El Espíritu Santo orienta nuestra mirada hacia Jesucristo”
“La novedad de esta Alianza es que no está dada en términos de una ley exterior al hombre que debe observar, sino como una presencia interior que lo mueve a vivir de acuerdo a la voluntad de Dios expresada en su Palabra”, destacó.
“Podemos decir que el Espíritu Santo viene a interiorizar como gracia la obra de Nuestro Señor Jesucristo”, explicó, y agregó: “El Espíritu Santo viene para hacer realidad en nosotros la Pascua de Jesucristo. La misma letra del Evangelio sino se convierte en gracia por el don del Espíritu, es solo letra”.
El prelado sostuvo que “con la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés nace la Iglesia, que ya había sido instituida por Jesucristo, pero le faltaba esta presencia prometida”.
“La espera de los apóstoles junto a la presencia de la Virgen María, se convierte en Pentecostés en un acontecimiento que todo lo cambia, que los transforma y los hace testigos ante el mundo. Ahora comprenden el evangelio y las palabras de Jesús cuando les hablaba de instituir la Iglesia como una comunidad viva y los enviaba a evangelizar”.
Monseñor Arancedo afirmó que la presencia del Espíritu Santo “sigue siendo actual y busca orientar nuestra mirada y nuestros pasos hacia Jesucristo” y aclaró: “No le corresponde a Él revelarnos un nuevo mensaje o un nuevo evangelio, sí hacernos comprender el único evangelio de Jesucristo y darnos la fuerza para vivirlo”.
“El fruto del Espíritu es, nos dice san Pablo: ‘amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia’. El signo de su presencia en la Iglesia es el espíritu de comunión y de misión”, concluyó.+
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