Mons. Croxatto se dirigió a los fieles en el año electoral

Mons. Croxatto se dirigió a los fieles en el año electoral

Neuquén (AICA): En el marco de un nuevo año electoral, el obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, envió un mensaje a los fieles. Estos tiempos de sufragio, consideró, ¨son tiempos de ‘responsabilidad cristiana y ciudadana’, y animó a preguntarse ¨¿Quiénes de los que hoy se postulan nos ayudarán a la unidad, a la fraternidad, a un diálogo respetuoso, a poner a las personas y no los intereses, en el centro de toda palabra y obra?¨.
El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, se dirigió a los fieles por medio de una carta referida a dos realidades: "El Testimonio y Anuncio Misionero que nos hemos propuesto como camino evangelizador diocesano y el ‘año electoral’, que para nuestra diócesis se traduce en las próximas elecciones provinciales".

En ese sentido, destacó que se trata de "Dos realidades que no podemos separar, porque 'el Anuncio del Señor tiene un profundo contenido social' y el 'Espíritu Santo, en su inventiva divina, nos ayuda a desatar los nudos de los sucesos humanos, incluso los más complejos e impenetrables'. Si aceptamos ser amados y salvados por Dios, esto nos compromete a 'desear, buscar y cuidar el bien de los demás'", afirmó.

"Porque estamos convencidos de que 'en la medida que Dios logre ganar los corazones de los hombres, la vida social será ámbito de fraternidad, de paz, de dignidad para todos'", añadió, y planteó: "Como creyentes auténticos, ¿no es nuestro deseo dejar a nuestro paso, un mundo, una sociedad mejor, más humana, más fraterna, más digna de vivirse cada día?".

"Frente a una realidad eleccionaria que se nos presenta siempre compleja, tomo una expresión de San Pablo VI que me parece oportuna: 'Incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de su país'. Y de esto se trata en estos tiempos, de ‘analizar con objetividad’ lo que se nos propone desde las distintas miradas y plataformas", aseguró.

Estos tiempos de sufragio, consideró, "son tiempos de ‘responsabilidad cristiana y ciudadana’. Esto nos exige ‘discernir’ qué nos ofrecen los candidatos, sus listas, sus propuestas; qué nos manifiestan o nos han manifestado en su andar", afirmó. "Un canto conocido dice 'Eso que soy, eso te doy'. ¿Quiénes son y qué nos darán?", animó a preguntarse.

El prelado lamentó: "Ya hemos tenido experiencia muchas veces, de cómo hemos sido defraudados… Aunque en honor a la verdad, ¡qué bueno ser defraudados por el hombre!, porque nos ubica en la objetividad de la realidad y nos abre a Aquél que no defrauda nunca, en quien siempre podremos y debemos confiar más allá de cualquier circunstancia", reconoció. "Pero sabemos que 'no podemos ser ciudadanos del cielo si hemos sido fugitivos de la tierra'", advirtió.

"Queremos ser realistas y por eso tenemos que ser conscientes de que no hay ningún programa, lista o candidatos que puedan cubrir perfectamente todo lo que juzgaríamos, al entender de cada uno, como ‘oportuno y bueno para el bien común’. Pero sí podemos y debemos exigir que se expresen con claridad las ideas, los pensamientos y proyectos. Se nos muestran muchas veces lo que van a hacer en obras materiales, siempre necesarias, pero no son ellas las que edifican o construyen sólidamente una sociedad, un pueblo. Lo que edifica son los valores y virtudes humanas, en los cuales debemos crecer todos y educarnos cada día", sostuvo.

En ese sentido, instó a preguntarse: "¿Quiénes de los que hoy se postulan nos ayudarán a la unidad, a la fraternidad, a un diálogo respetuoso, a poner a las personas y no los intereses, en el centro de toda palabra y obra? ¿Quiénes nos ayudarán a encontrarnos, a buscar caminos que nos empujen a la superación de los conflictos que el vivir cotidiano engendra? ¿Quiénes nos ayudarán a apoyarnos en principios firmes, profundos, para no caer en el barranco de las ideologías pasajeras, de los sentires o placeres banales, que nos meten en una oscuridad y un vacío existencial sin horizonte y esperanza? ¿Quiénes nos ayudarán a crecer en esa mirada y en esa obra costosa, que nos manifiesta que ‘toda persona, desde su concepción, es digna de ser amada y respetada’?"

Finalmente, señaló: "Como cristianos, todos nuestros actos, hasta los más simples para que sean verdaderos, deben ser puestos en oración y bajo la guía del Espíritu de Dios. En Él los invito a que pidamos su luz, para discernir y descubrir quiénes y qué cosas tienen al menos 'la huella del Señor de la Historia', Jesucristo nuestro único Salvador", concluyó.+

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