La policía, ayudada por algunos cazadores prácticos de la zona, pudo localizar el refugio de los secuestradores en el bosque. Durante la liberación del sacerdote.
Los secuestradores -señala la Agencia Fides- parecen ser un grupo de Pël, un grupo étnico de pastores nómadas, que en Nigeria y otros países de África Occidental (donde se les conoce como Peuls) se han convertido en protagonistas de incursiones y ataques violentos contra otras poblaciones, sufriendo a su vez cruentas venganzas.
En la última semana, en el norte de Nigeria, la violencia relacionada con la problemática de los Pël y otros actos cometidos por Boko Haram han causado la muerte de más de 150 personas, mientras que otras nueve han sido secuestradas.
En el estado de Sokoto, el 15 de junio, 25 personas perdieron la vida en las incursiones, probablemente cometidas por los fulani, en tres aldeas. En otro incidente, una mujer y su hijastro fueron secuestrados por una banda de pastores en la carretera del aeropuerto, en la ciudad de Osi, estado de Ondo, de camino a la misa dominical.
El 12 de junio, en el ataque contra una formación militar, un oficial y 20 soldados resultaron muertos en el estado de Borno. El Estado Islámico de África Occidental (ISWA), una formación nacida de una costilla de Boko Haram, reivindicó la responsabilidad del ataque.
El 14 de junio, al menos 34 personas murieron en un ataque perpetrado por un grupo armado que atacó tres aldeas de la zona de Shinkafi, en el estado de Zamfara. Los bandidos motociclistas prendieron fuego a las casas y dispararon a todos en el camino.
Hace unos días, monseñor Augustine Akubeze, arzobispo de Benin City y presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria, denunció “el nivel de inseguridad sin precedentes” (ver Fides 6/6/2019) y la “total impunidad” de quienes siembran el caos y la destrucción en el país. +
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