En su mensaje, que lleva por título “Acoger a Cristo en los Refugiados: era extranjero y me acogiste”, los obispos peruanos señalan que, “hoy, el mundo de los migrantes y refugiados es un poco como una cruz, una cruz de la humanidad, y la cruz es tanta gente que sufre”. Ante esta realidad los prelados se unen a la preocupación del Santo Padre, haciendo un llamado de atención y reflexión al pueblo peruano sobre este tema muy actual y crítico como lo son los refugiados.
El mensaje de la CEP advierte que “los refugiados son personas que huyen de conflictos y persecuciones, ellas se encuentran protegidas por el derecho internacional, por su particular condición de vulnerabilidad, y no deben ser expulsadas o devueltas a situaciones en las que sus vidas y sus libertades corran riesgo. Nuestro país –precisan los obispos– desde hace muchos años, protege a personas con estas características, otorgándoles la condición de refugiados; actualmente contamos con solicitantes y refugiados de diversas nacionalidades, entre ellos, venezolanos, cubanos, colombianos, palestinos, sirios, bengalíes, esrilanqueses y de diversos países africanos”.
Asimismo, los obispos peruanos evidencian que, a pesar que el 17 de diciembre de 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Pacto Mundial sobre los Refugiados con la finalidad de fortalecer la cooperación y la solidaridad con los refugiados y los países de acogida afectados por este fenómeno, aún queda mucho por hacer en favor de los refugiados, para hacer frente a la “globalización de la indiferencia”; ya que las personas que necesitan refugio están expuestas a múltiples situaciones como asaltos, trata de personas, tráfico de migrantes, estafas y otras violaciones a sus derechos humanos; por esto, agregan los Prelados, la Iglesia Católica peruana frente a este desafío ha prestado especial atención dando asistencia y protección a estas personas.
Por último, “inspirados por el Evangelio y por las palabras del papa Francisco sobre los cuatro verbos que se pueden aplicar al trabajo pastoral con los refugiados: acoger, proteger, promover e integrar”, los pastores exhortan a realizar una acción concreta hacia el que se encuentra en situaciones de vulnerabilidad: “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed, y me diste de beber, fui extranjero y me acogiste, estaba desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a ver”. +
Publicar un comentario