El Card. Parolin recordó el papel insustituible de la liturgia en la Iglesia
En su carta dirigida a monseñor Claudio Maniago, obispo de Castellaneta y presidente del Centro de Acción Litúrgica, que organiza el Encuentro, el cardenal pide, precisamente, que se ayude las comunidades “a interiorizar mejor la oración de la Iglesia”, redescubriendo sus contenidos y observando sus ritos. “La liturgia será auténtica, es decir, capaz de formar y transformar a los que participan en ella”, explicó, si los pastores y los laicos “aprenderán cada vez mejor a captar su significado y su lenguaje simbólico, incluyendo el arte, el canto y la música al servicio del misterio celebrado, entendiendo también el silencio”.
En el centro de la iniciativa de la Semana Litúrgica Nacional se destaca, de hecho, la importancia de profundizar la renovación litúrgica querida por el Concilio Vaticano II. Y el cardenal Parolin desvela el vínculo entre la santidad y la liturgia al referirse de modo especial a la Constitución del Concilio sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium.
“La liturgia, en el momento en que celebra la santidad, santifica a los que participan en ella”, expresó.
Los Padres conciliares, recordó, “insisten en que la liturgia, en el momento en que celebra la santidad, santifica a los que participan en ella”, tal como lo recordó el papa Francisco al afirmar: “La liturgia es vida para todo el pueblo de la Iglesia”. “En la liturgia, la santidad inaccesible de Dios”, de hecho, se comunica en Cristo con el rostro de la misericordia, del amor gratuito y la Liturgia permite a los hombres vivir su propia vida”.
De manera que, por tanto, el Papa desea que precisamente de esta Semana “madure la conciencia de que la liturgia es un lugar privilegiado en el que la santidad de Dios nos atrae hacia Él”.
En la Eucaristía el Espíritu Santo nos hace partícipes de la vida divina que “transfigura todo nuestro ser mortal, haciéndolo capaz de amar” como hizo Cristo y ofreciendo la propia vida al servicio de los hermanos. La liturgia es, de hecho, “una experiencia orientada a la conversión de la vida a través de la asimilación del modo de pensar y de actuar del Señor”, subrayó el cardenal Parolin, recordando las palabras del Papa Francisco en la audiencia del pasado mes de febrero a los participantes en la Plenaria de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En su discurso, el Santo Padre recordó también que la liturgia no es el “campo del bricolaje” y no puede reducirse a “recetas y corrientes justas”, sino que debe ser acogida con docilidad y promovida con amor: en las oraciones y en los gestos resuena el “nosotros” y no el “yo”, la comunidad real. +
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