Mons. Han Lim Moon: Crecer en la relación con el pobre
Al relatar el Evangelio de San Lucas, en el que el rico “vestido de púrpura y un lino finísimo” tenía a su puerta al pobre Lázaro “cubierto de llagas”, el prelado lo comparó con una realidad presente en la sociedad del siglo XXI.
“A estas dos realidades contrastantes las divide físicamente sólo un paredón o una puerta, pero hay un abismo que es la indiferencia hacia los demás de la persona encerrada en su mundo de riquezas e ideas”, mencionó monseñor Moon.
Para salir de nosotros mismos y seguir la propuesta de Jesús, “abriendo la puerta de nuestro corazón para encontrarnos con los indigentes que están a la puerta”, el obispo auxiliar de San Martín recomendó el diálogo “puente por excelencia”. Pero “lo más importante es el deseo y la voluntad de abrir la puerta de nuestro corazón”.
Seguidamente, enumeró cuatro frutos del diálogo: en primer lugar, “el descubrimiento de nosotros mismos, valorando nuestras riquezas”; luego mencionó “la dignidad y los sentimientos” que tenemos en común con el pobre, “¡Dios nos creó con la misma dignidad y nos redimió a todos por igual!”.
En este camino, “descubriremos progresivamente que un indigente es nuestro amigo, hermano y parte de nuestro cuerpo místico”. Finalmente, debemos “mostrar especial afecto y solidaridad para confirmar la unidad”.
Monseñor Han Lim Moon recomendó, en primera instancia, abrir un diálogo “con quien tengamos gran distancia interior”, y para encontrarlo es necesaria la oración: “Al comienzo, cuesta abrir nuestro corazón y salir de nosotros mismos, de nuestra comodidad, mentalidad y hábito”, admitió el prelado, “Pero, ¡no lo dejemos para otro momento porque Jesús nos lo pide hoy!”, concluyó.+
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