Monseñor Rivas: “La Palabra no es sólo lo que dice el Señor sino lo que hace”

Monseñor Rivas: “La Palabra no es sólo lo que dice el Señor sino lo que hace”

Buenos Aires (AICA): Monseñor Luis H. Rivas, destacado biblista, señaló que la Palabra de Dios “es viva y eficaz como espada de doble filo”, como dice la carta a los Hebreos, realiza lo que dice, es capaz de llegar hasta lo más recóndito del ser humano: “la Palabra no es sólo lo que dice el Señor sino lo que hace”. Así se expresó en la Sociedad Bíblica Argentina, Tucumán 358, en una jornada ecuménica sobre la centralidad de la Palabra de Dios, dentro de las celebraciones del Mes de la Biblia, que concluye hoy. Expusieron también la teóloga evangélica Mercedes García Bachmann y el arzobispo Crisóstomo Gassali, de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía.

Monseñor Luis H. Rivas, destacado biblista católico, señaló que la Palabra de Dios “es viva y eficaz como espada de doble filo”, como dice la carta a los Hebreos, realiza lo que dice, es capaz de llegar hasta lo más recóndito del ser humano: “la Palabra no es sólo lo que dice el Señor sino lo que hace”. El profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA) afirmó que a diferencia de las palabras humanas –y deslizó una referencia a políticos y otros dirigentes-, la Palabra de Dios recibida realiza en nosotros lo que está diciendo.

Así se expresó al exponer en la Sociedad Bíblica Argentina, Tucumán 358, en una jornada ecuménica sobre la centralidad de la Palabra de Dios, realizada el jueves 29 de septiembre por la tarde, dentro de las celebraciones del Mes de la Biblia. Fue organizada por la Comisión Ecuménica de Iglesias Cristianas en la Argentina (CEICA)y la Sociedad Bíblica Argentina.

El Mes de la Biblia concluirá hoy. En esta fecha, la Iglesia Católica honra a San Jerónimo (340-420), a quien el papa Dámaso encargó hacer una versión latina de la Biblia, para lo cual vivió los 35 últimos años de su vida en Belén dedicado a la traducción y comentarios del texto bíblico, plasmados en la versión conocida como la Vulgata.

En el acto realizado en la Sociedad Bíblica, la doctora Mercedes García Bachmann, profesora en la Universidad de Chicago y pastora de la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU), se refirió a la oración personal a partir de los Salmos, considerando el Salterio como un todo, y pormenorizando en algunos puntos como el que dice “Señor, crea en mí un corazón puro”.

A su vez, el arzobispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, monseñor Crisóstomo Gassali, estimó necesario y urgente que la armonía con la gracia divina, con la Palabra de Dios, sean una constante en nuestras vidas y en las comunidades, ya que el materialismo y otras ideologías nos llevan al caos. Señaló que la gracia divina primeramente es un don gratuito, que está siempre presente, disponible, latente, pero se activa con la aceptación libre, voluntaria e individual.

Al principio del acto, la pastora Sonia Skupch, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, destacó que carácter que tiene la Biblia “para nosotros los cristianos como guía para nuestra vida”. Subrayó que “la Ley del Señor es perfecta” y ponderó el encuentro en torno de centralidad de la Palabra de Dios de las iglesias evangélicas, ortodoxas y Católica Romana.

Luego habló el presidente de la Sociedad Bíblica, Rubén del Ré. Entre otros, asistieron el presidente del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR), el abogado Raúl Scialabba, dirigente bautista; la doctora Gloria Williams de Padilla, de la Comisión Episcopal de Ecumenismo, Relaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones, así como sus colaboradores María Luisa D’Osualdo de Cárdenas, Florencia Uriburu y Gabriel Arriola; la hermana Ursulina Marisa Czojkonoka, delegada de ecumenismo de la diócesis de Merlo-Moreno, e integrantes de distintas confesiones.

Durante el acto cantó tres veces el coro de la Iglesia Nueva Apostólica. Al final todos rezaron el Padrenuestro y se pidió a Dios que su Palabra sea luz de las comunidades, “para que podamos ser luz y sal para otros, para quienes más necesiten de tu presencia”. (Jorge Rouillon)

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