Dolor en la comunidad Franciscana de Chile ante el incendio de un templo histórico
En el año 1731 la Orden Franciscana fundó la presencia franciscana en la ciudad de Curicó y entre 1880-1889 se construyó el templo de San Francisco de Asís que fue atendido espiritual y pastoralmente hasta el año 1987, cuando la Orden Franciscana en Chile tuvo que dejar nuestra presencia en dicha ciudad, recordaron los religiosos.
Con mucha tristeza nos hemos enterado por medio de la prensa y por diversos medios que nuestro templo y monumento histórico se ha incendiado y aún se investigan las causas de este siniestro, expresaron.
Este templo de San Francisco fue testigo de la construcción misma de la ciudad de Curicó y albergó a tantos hombres y mujeres que lo visitaban con el deseo de que sus oraciones y plegarias fueran escuchadas, y ahora se ha consumido casi en su totalidad, generándose no solo una pérdida material, sino también espiritual, reconocieron.
La iglesia y monumento histórico San Francisco de Curicó, es parte del patrimonio cultural de Chile y de la Orden Franciscana y, por lo tanto, es un bien común que nos importa como sociedad y nos pertenece a todos, por eso esta destrucción afecta a la sociedad en su conjunto, a su memoria y proyección, consideraron. Esta situación hoy vivida nos llama con urgencia a pensar el Chile que queremos, soñamos y deseamos. Hoy más que nunca necesitamos ser constructores de fraternidad y, juntos, decir basta al daño y la violencia que solo daña el corazón de Chile, afirmaron.
Finalmente, aseguraron: Como Orden Franciscana nos dolemos por lo ocurrido y nos unimos al dolor de toda la ciudadanía de Curicó que ve que parte de su patrimonio histórico y espiritual se ha perdido.
Hoy, los Hermanos Franciscanos en Chile renovamos nuestro compromiso de ser instrumentos de paz y justicia, reconociendo las legítimas demandas sociales, pero a la vez, denunciando que el daño y la violencia no son caminos de diálogo y encuentro en vista de edificar un Chile más justo y fraterno que pueda colmar los anhelos y esperanzas de cada habitante de nuestra patria, concluyeron.+
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