En el aeropuerto esperaban al pontífice el nuncio apostólico en Japón, monseñor Joseph Chennoth, y el embajador de Japón ante la Santa Sede.
A continuación, el viceprimer ministro japonés, presente también en la pista de aterrizaje del aeropuerto, se acercó a saludar al Papa. Junto a él, dos niños vestidos con traje tradicional ofrecieron flores al pontífice.
Desde el aeropuerto el se trasladará a la nunciatura apostólica en Tokyo antes de dar comienzo a su agenda oficial en Japón.
El viaje apostólico del Papa Francisco a Japón se desarrollará hasta el próximo martes 26 de noviembre. En su agenda, está prevista la visita a las ciudades de Hirosima y Nagasaki, ciudades que padecieron el ataque con bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial.
Además, otro momento de especial significado será su encuentro con las víctimas del llamado “Triple Desastre”, el terremoto de magnitud 9 que ocasionó un tsunami y la explosión de tres reactores de la central nuclear de Fukushima.
La Iglesia católica en Japón representa sólo el 0,4 % de la población, unos 536.000 fieles, según los datos proporcionados por el Vaticano, mientras que los shintoistas son 79 millones y los budistas 48 millones, pero sobre todo es un sociedad fuertemente secularizada.
Aunque la creciente llegada de migrantes, especialmente del sur de Asia (Filipinas, Vietnam, Indonesia, etc.), ha hecho crecer el número de católicos casi al doble.
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