Mons. Jorge Wagner fue ordenado obispo auxiliar de Bahía Blanca

Mons. Jorge Wagner fue ordenado obispo auxiliar de Bahía Blanca

Una gran cantidad de fieles se reunió el sábado 16 de noviembre en el templo de San José Obrero, de Pueblo San José, a pocos kilómetros de la ciudad de Coronel Suárez, para participar de la celebración en la que el sacerdote Jorge Wagner, hasta ahora vicario general de la arquidiócesis, fue consagrado obispo auxiliar de Bahía Blanca, de manos del arzobispo, monseñor fray Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP.

Fueron obispos coconsagrantes monseñor Guillermo José Garlatti, arzobispo emérito de Bahía Blanca, y monseñor Néstor Hugo Navarro, obispo emérito de Alto Valle del Río Negro. Asistieron también el obispo de Azul, monseñor Hugo Manuel Salaberry SJ; el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Edgardo Torrado Mosconi; el obispo de Zárate-Campana, monseñor Pedro María Laxague; el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Antonio Mestre; y el obispo de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín; junto con sacerdotes, diáconos permanentes, seminaristas y fieles de la arquidiócesis.

En su homilía, monseñor Azpiroz Costa recordó las palabras pronunciadas por monseñor Wagner en la asamblea del clero en 2018. Al respecto, señaló: “No hay compromiso en el mundo sin Dios, nos recordabas, susurrándole al oído a nuestro corazón: no hay espiritualidad sin carne, y aquí estamos, en la casa de José. Si es casa del Señor es porque Él tomó a María y aceptó al niño que María esperaba. Casa de José es casa de María, casa de Jesús. Haciendo eco de lo que vos mismo nos decías: Estamos orando con vos, caminando con vos, compartiendo con vos, y vos con nosotros”.

Destacando la figura de San José, el arzobispo expresó: “Lo cierto es que él, en su discreción, humildad y silencio, su presencia constante, su fidelidad total, es el custodio de María y de Jesús, es el que acompaña a Belén; a la huida de Egipto; volver a Nazaret; y en la búsqueda, no digo desesperada pero sí ansiosa, les quema el corazón de Jesús que no está con ellos en la caravana. Atento también a la voz de Dios, que le habla aun cuando duerme, siempre vigilante, y él transmitió a esta gente, que ha querido reunirse debajo de la tienda de José, esa fortaleza de ánimo, capacidad de atención, a la vez de compasión y apertura. Providencialmente, todo esto se trenza en tu vida y la Iglesia te invita, te pide, te ordena, te consagra, para que nos enseñes a custodiarnos, para que nos cuides, santificándonos; para que nos atiendas, pastoreándonos”.

“Aquí en la casa de quien además tiene el título de patrono de la Iglesia universal, sin por eso desdecir obrero, pedimos para vos la gracia, como dicen las estampitas que vas a repartir como recordatorio, de ser fiel y generoso en el servicio a Dios y a la Iglesia”.

Durante la ceremonia, fue leída la declaración de ciudadano destacado sancionada por el Concejo Deliberante de Guaminí, de donde monseñor Wagner es oriundo. Por otra parte, se destacó la participación especial del coro y orquesta sinfónica de la arquidiócesis de Bahía Blanca, bajo la dirección del maestro Fernando Zubillaga, como asistente de dirección el maestro Ángel Schamberger, y la colaboración de músicos de la Escuela Municipal de Coronel Suárez.

Al finalizar la celebración, monseñor Wagner dijo unas palabras a los presentes, agradeció a quienes lo acompañaron en la celebración. “La lógica para poder acercarnos a vivir este misterio de Dios es la fe, misterio de amor y misterio de fe, que lo decimos en la Eucaristía, pero es para todos los sacramentos. Para el Orden Sagrado, lo mismo, y así lo vivimos hoy”, señaló.

“Por eso en estos días mi oración ha sido ir rezando el credo, y quisiera en estas palabras, desde esa profesión de fe, bendecir, alabar, agradecer y suplicar a Dios, a este Dios grande, Dios de la vida, que me ha llamado a la existencia, me ha llamado a la fe, a este Dios padre providente y misericordioso, que con tantos signos me ha manifestado su amor: en mis padres, en mi familia y en tantas presencias paternales, presencias espirituales”, enumeró, recordando especialmente a monseñor Jorge Mayer, quien lo recibió cuando entró al seminario.

“Hoy le pido a Dios padre que tenga un corazón grande, capaz de amar a todos sin excluir a nadie; un corazón de padre que pueda transparentar su ternura y su misericordia, y un corazón de hijo. Que no me olvide que, ante todo, soy hijo suyo”.

A Jesús, Buen Pastor, el nuevo obispo le pidió “que me des un buen corazón de pastor, manso y humilde, y me des también un corazón de hermano”.

“Te pido también Jesús, que admirando el misterio de tu encarnación, pobre, sencillo, hermano de todos, siempre tenga presente este misterio, que es como el paradigma de la vida de la Iglesia, de la misión de la Iglesia, y también del obispo. Que no me olvide de tu presencia viva y de tu señorío”.

Finalmente, al Espíritu Santo, monseñor Wagner expresó: “Te pido tu luz, tu amor, dame un corazón de amigo para estar cerca, para acompañar, para animar, para escuchar”, y a la comunidad pidió especialmente: “Recen por mí, yo rezo por ustedes. Que San José y la Virgen nos ayude a vivir plenamente la misión que el Señor nos ha confiado”.+

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