Con el título “En un gesto cuaresmal, renovemos nuestro sí a la vida y a la mujer”, destacaron el llamado de la Iglesia argentina a “estar unidos al anhelo por la dignidad de los derechos de la mujer y a sus justos reclamos, en concordancia con el ‘Día Internacional de la Mujer’”. En ese sentido, se centraron en “el gran ejemplo de genio femenino que es la Madre de Jesús y Madre Nuestra: la Virgen María”.
“Coincidentemente con el acontecimiento, es que se convoca a reunirnos en la casa de la mamá de todos los argentinos, el santuario de Nuestra Señora de Luján en esa ciudad bonaerense a la que el pueblo considera ‘la capital de la fe’. La invitación es a que el domingo 8 de marzo nos juntemos en Luján, el lugar que Dios y su pueblo han elegido para encontrarse. Es una opción por el Dios de la Vida”, afirmaron.
“El Señor, respetuoso de nuestra libertad, nos hace la propuesta y nos deja elegir. Si elegimos la vida, nos manifestamos siempre a favor de ella, y comprometemos todos nuestros esfuerzos en cuidarla y promoverla como el mayor bien que recibimos”, recordaron, citando a la Comisión Episcopal de Laicos y Familia.
“El clamor por la vida y por la dignidad de la mujer nos llama a comprometernos a que nuestros pueblos en Jesús tengan vida. Esa es la conclusión cuaresmal para los tiempos que corren: la misma defensa de la vida que nos lleva a cuidar de los niños no-nacidos, se debe convertir en la lucha en favor de los pobres, de los indefensos, de los vulnerables. Toda vida es sagrada, vale toda vida”, sostuvieron.
Recordando las palabras del papa Francisco en la exhortación apostólica sobre la santidad, señalaron: “La defensa del inocente que no ha nacido, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta, los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud y toda forma de descarte”.
“¿Por qué algunas cosas de las expresadas son “sí” y otras “no”? ¿No será que se nos quiere esclavizar culturalmente y hacernos pensar que el ser humano no es imagen y semejanza de Dios?”, plantearon.
“Esta carta e invitación a Luján es un llamado a la oración como pueblo. Es una apertura personal y pluralista, busca el bien de todos sin marginar ni excluir a nadie. En la Iglesia siempre y, en particular, desde que las mujeres fueron los primeros testigos de la resurrección del Señor, ellas tienen su lugar y protagonismo”, afirmaron.
“Le pedimos a María, en el Año Mariano 2020, que nos acompañe, ilumine e interceda; para que, junto a hombres y mujeres de buena voluntad, contemplemos, cuidemos y promovamos la belleza de toda vida y la dignidad de cada mujer”, concluyeron.+
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