Mons. Zordán llamó a transitar la Cuaresma como un camino de oración y caridad
“Cada año la Iglesia nos regala este tiempo de Cuaresma para renovarnos, como para volver a empezar”, reconoció el obispo. “En estos días ya dirigimos nuestra mirada atenta hacia Jesús muerto y resucitado, porque el misterio pascual de Jesús que está al final de la Cuaresma es lo que le da sentido a este tiempo”.
“La cuaresma significa la tenaz voluntad de Dios de dialogar con sus hijos, la apasionada voluntad de Dios de no romper el diálogo de salvación con cada uno de nosotros. Dios que sobre todo quiere dialogar para ofrecernos en Jesús muerto y resucitado, la salvación, la reconciliación y la paz”, detalló.
A continuación, el obispo expresó que “hay dos caminos que se nos invita a transitar en este tiempo de Cuaresma. Uno es el de la oración: se nos llama a dedicar más tiempo y energía para la oración, que tiene que estar marcada fundamentalmente por la Palabra de Dios, leída, pensada, meditada, rezada. Que vaya marcando este diálogo de Dios con sus hijos. Dios que nos habla, nosotros lo escuchamos. Nosotros le hablamos y Él que seguramente nos escucha”, afirmó.
El otro camino que debe marcar este tiempo, señaló, es el de la caridad: “Una práctica más intensa de la caridad desde el amor que Jesús vivió primero. Él nos dijo: ‘No hay amor más grande que dar la vida por los amigos’. Él lo vivió primero y nos invita a vivir desde ese mismo amor nuestra vida cristiana de fe”.
“Este tiempo es para cultivar esa actitud, la del amor de caridad. Particularmente con los que más necesitan: los pobres, los enfermos, los más golpeados por la vida, los migrantes. Salir al encuentro de ellos con una mano solidaria, con gestos de cercanía y caridad para socorrerlos”, animó.
“Les deseo que empiecen muy bien y que vivan fecundamente este tiempo de Cuaresma que ahora comenzamos”, concluyó monseñor Zordán.
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