Mons. Colombo: Es tiempo de renovarnos en el seguimiento de Jesús

Mons. Colombo: Es tiempo de renovarnos en el seguimiento de Jesús

Mendoza (AICA): El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió el 5 de abril en la catedral Nuestra Señora de Loreto, la misa del Domingo de Ramos. La celebración se desarrolló a puertas cerradas y fue transmitida por canal 7 de Mendoza y por las redes sociales.
El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presidió el 5 de abril en la catedral Nuestra Señora de Loreto, la misa del Domingo de Ramos. En su homilía, el prelado propuso reflexionar en torno a la misión de Jesús.

“La entrada de Jesús en Jerusalén es un acontecimiento que, en el comienzo de la Semana Santa, nos hace pensar y contemplar no sólo al Señor sino también, tener ante nuestros ojos a su pueblo”, señaló.

“Este pueblo en gran medida espera al Mesías, así lo está llamando y celebrando con signos elocuentes de este recibimiento, al modo de un rey bueno, contra la imagen de esos reyes o poderosos de su época que hacen despliegue de signos potentes de fuerza. Les está llegando un rey pacífico, un rey que les trae alegría y esperanza”, afirmó.

“En esta celebración evocamos los distintos momentos de la Pasión del Señor, tal como nos lo propone el Evangelio. Así, con la ayuda de la Palabra de Dios, podemos entrar en los sentimientos de Cristo, y también descubrir los comportamientos y actitudes cambiantes de la multitud que pasa de la exaltación al recibirlo en Jerusalén al rechazo o el desprecio por el mismo Hijo de Dios”, consideró.

“Llegarán los días, apenas una semana después, que este mismo pueblo le dará la espalda, prefiriendo a Barrabás, un agitador de ese tiempo. Dejan de lado la fe que los había impulsado a gritar “Hosanna al Hijo de David” en la entrada de Jesús en Jerusalén. Ceden a las intrigas y a las manipulaciones de los poderosos”, lamentó.

“En esa multitud están los que esperaban un rey político o un potente líder religioso y ahora están decepcionados. Jesús es mucho más que esas expectativas limitadas. Cristo es el Señor que viene a salvarnos y a invitarnos a cambiar de vida al proponernos un estilo de amar y de servir donde el poder no es lo más importante, donde el tener no es la clave del éxito o de la realización personal.”, destacó.

Teniendo en cuenta el Evangelio de la Pasión, expresó: “Queda de manifiesto la paciencia de Dios. Jesús no habla ante las injustas acusaciones, las ironías, los reproches llenos de desdén. Deja que murmuren, que vociferen, que cambien de opinión con dramática facilidad. Como pasa con las modas, con los linchamientos mediáticos de las redes sociales, o con los abruptos e inexplicables cambios de humor de una población o algunos de sus sectores. Jesús deja pasar la hora. Quiere estar en fidelidad al Padre al momento de la entrega final”, sostuvo.

“Por esta razón, hoy nosotros somos invitados a tomar nuestro lugar en la Pasión de Cristo. No como espectadores, no como esas muchedumbres vacías de criterios y de valores, sino como discípulos que se hacen cargo de las enseñanzas del Maestro. No es tiempo para lavarse las manos, ni para gritar fácilmente que lo crucifiquen. Es tiempo para renovarnos en el seguimiento y de aceptar las consecuencias que nos implican habernos proclamado sus seguidores”, animó.

“En esta misa en que comienza nuestra Semana Santa no dejemos pasar la oportunidad de renovar en nuestro interior la adhesión a Cristo”, invitó el arzobispo. “Él es el Mesías, el Hijo del Dios vivo, el Señor que ha venido a salvarnos. No te quedes afuera. No seas un espectador. Acércate a Jesús que viene para mí y para vos. Nuestro Salvador”, concluyó.+

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