Titulado “Cristianos y musulmanes: Juntos para proteger los lugares de culto”, el mensaje está firmado por el prefecto, cardenal Miguel Ángel Ayuso el pasado 17 de abril, aunque se difundió este viernes 1 de mayo.
El cardenal Ayuso señala que “en el contexto de los recientes ataques contra iglesias, mezquitas y sinagogas, perpetrados por personas malvadas que parecen percibir los lugares de culto como el objetivo preferido de su ciega e insensata violencia, es digno de subrayar lo afirmado en el Documento sobre la ‘Fraternidad Humana para la paz mundial y la convivencia común’ firmado por el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi”.
El Documento decía que “la protección de los lugares de culto (templos, iglesias y mezquitas) es un deber garantizado por las religiones, por los valores humanos, por las leyes y por las convenciones internacionales”.
“Todo intento de atacar los lugares de culto o de amenazarlos mediante atentados, explosiones o demoliciones”, continúa el Documento, “es una desviación de las enseñanzas de las religiones, además de una clara violación del derecho internacional”.
Afirma el cardenal Ayuso que “apreciando los esfuerzos realizados por la comunidad internacional a varios niveles para la protección de los lugares de culto en todo el mundo, tenemos la esperanza de que la estima cercana, el respeto recíproco y la cooperación puedan reforzar nuestros vínculos de amistad sincera, y permitir a nuestras comunidades salvaguardar los lugares de culto para asegurar a las generaciones futuras la libertad fundamental de profesar sus propias creencias”.
En su mensaje, el prefecto destacó que, tanto para el cristianismo como para el islam, al igual que en otras religiones, “los lugares de culto se revisten de una gran importancia”.
“Tanto para los cristianos como para los musulmanes, las iglesias y mezquitas son espacios reservados a la oración personal y comunitaria, edificados y preparados para favorecer el silencio, la reflexión y la meditación”.
Son espacios, “donde se puede llegar a la profundidad del ánimo, facilitando así, con el silencio, la experiencia de Dios”.
Los lugares de culto también son “espacios de hospitalidad espiritual, en los cuales los seguidores de otras religiones se reúnen para ceremonias especiales como bodas, funerales, fiestas de la comunidad, etcétera”.
“Participando en esos eventos en silencio y con el respeto debido a las normas religiosas de los fieles de esa religión particular, saborean la hospitalidad reservada a ellos. Esta práctica es un testimonio especial de los que nos une a los creyentes sin disminuir o negar aquello que los distingue”.
Asimismo, el cardenal subrayó que, para los musulmanes, “el mes de Ramadán es central en vuestra religión y, por ello, es muy querido tanto a nivel personal como familiar y social. Es un tiempo de curación espiritual, de crecimiento y de compartir con los pobres, y de refuerzo de los vínculos con parientes y amigos”.
Para los cristianos, “sus amigos cristianos”, como subrayó el cardenal Ayuso, “es un tiempo propicio para consolidar nuestras relaciones con ustedes mediante saludos, encuentros y, donde sea posible, compartiendo un ‘iftar’”.
Por lo tanto, “el Ramadán y el Id al-Fitr son ocasiones especiales para hacer crecer la fraternidad entre cristianos y musulmanes”, concluyó. +
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