El presidente del Celam recuerda que “sin familias fuertes los pueblos se debilitan”
Monseñor Cabrejos expresó a las familias de América Latina y el Caribe su cercanía espiritual y les recordó que en esta crisis sanitaria, económica y social no se encuentran solas, pues la Iglesia como Madre les acompaña con su oración y acción solidaria.
“Les pido que aprovechen la oportunidad que nos brinda el confinamiento obligatorio que se vive en muchos países para que en la convivencia familiar se acreciente la comunicación, el respeto y el cariño y que los padres escuchen, ayuden, oren y jueguen con sus hijos. Juntos de la mano de Dios, vamos a superar esta difícil situación”, indica monseñor Cabrejos.
El presidente del Celam subrayó también que a través de esta celebración anual se refleja la importancia que la comunidad internacional otorga a las familias: “Universalmente la familia sigue siendo considerada como unidad básica de la sociedad, y como tal tiene que ser el santuario natural y principal de humanización de la persona, cuna de la vida y del amor. Los esposos son la expresión primera de comunión de personas humanas”.
Haciendo eco de las palabras del papa Francisco, monseñor Cabrejos recuerda a las familias que “están llamadas a continuar creciendo y avanzando en todos los sitios, aun en medio de dificultades y limitaciones, tal como lo han hecho las generaciones pasadas”.
Y añade: “Nuestras familias son tesoros vivos de memoria, con los hijos que a su vez se convierten en padres y luego en abuelos. De ellos recibimos la identidad, los valores y la fe”.
El 9 de diciembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el Año Internacional de la Familia y en 1993 se decidió celebrar el día internacional de la familia cada 15 de mayo. El propósito es promover el análisis sobre las cuestiones relativas a la familia y analizar la influencia de los procesos sociales, económicos y demográficos en su desarrollo. +
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