En la misiva, con fecha 28 de abril, el Santo Padre expresa: “Se acerca el 8 de mayo… y mi corazón ‘viaja’ a Luján”. Además, asegura su presencia “como peregrino espiritual y ‘virtual’”.
“La miraré una vez más y, también una vez más, me dejaré mirar por Ella. Esa mirada de madre que te renueva, te cuida, te da fuerzas”, afirma. “Y no estaré solo sino junto al santo pueblo fiel de Dios que la quiere tanto, pueblo fiel y pecador como yo”.
“Le cambiaremos el manto todos juntos, le diremos nuestras preocupaciones y nuestras alegrías. Le pediré que nos cuide y -porque soy pecador- le pediré que nos dé la gracia de pedir siempre perdón, de no cansarnos de pedir perdón… porque sabemos que Su Hijo no se cansa de perdonar”, asegura.
“Y le haré la promesa de portarme mejor ‘robándole’ la palabra a ese gran sacerdote de mi anterior diócesis: ‘Esta tarde, Señora, la promesa es sincera. Por las dudas, no olvides dejar la llave afuera’. Y me volveré a casa con la seguridad de una gracia regalada”, concluye.+
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