La dignidad de la persona y del trabajo debe ser siempre respetada, exhortó el Papa
duramente.
El pontífice dijo que recibió el 1 de mayo, varios mensajes sobre el mundo del trabajo y sus problemas. En particular, dijo, le llamó la atención la situación de los trabajadores agrícolas, incluyendo muchos inmigrantes, que trabajan en el campo italiano.
Todos estamos viviendo esta crisis, afirmó, pero la dignidad de las personas debe ser siempre respetada. “Pido que la crisis sea una oportunidad para volver a poner en el centro la dignidad de la persona y del trabajo”.
El 30 de abril pasado, el Santo Padre- recuerda VaticanNews- rezó por los trabajadores que, comprometidos en la cadena agroalimentaria, se enfrentan a los riesgos vinculados a la pandemia y sufren la explotación por parte de las empresas.
Asimismo, el pontífice expresó su preocupación hacia los trabajadores explotados en una carta firmada por el sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Edgar Peña Parra, en respuesta al Secretario General de la Federación Agrícola Italiana (Fai Cisl), Onofrio Rota quien, en los últimos días, había pedido consuelo y atención para las cuestiones críticas que marcan el sector agrícola.
En el mensaje se expresa “compartir” la necesidad expresada por el sindicato para regularizar las actividades de los hombres que, hoy más que nunca, están expuestos a riesgos de contaminación por no encontrarse en seguridad, y que siguen garantizando el suministro de alimentos en las mesas.
“Es ciertamente compartible – se lee en la carta – la necesidad de atender a quienes, privados de dignidad, sienten las consecuencias de una integración no realizada de manera más aguda, estando ahora más expuestos a los peligros de la pandemia. Es de esperar, pues, que su situación salga de la clandestinidad y se regularice, de manera que se reconozcan los derechos y deberes de todo trabajador, se oponga a la ilegalidad y se evite el flagelo del ‘caporalato’ (forma ilegal de trabajo agrícola y mano de obra a bajo costo) y el surgimiento de conflictos entre personas desfavorecidas”.
“El Papa – continúa la carta – los recuerda en la oración, mientras lleva en su corazón la dolorosa situación de los trabajadores ilegales de varios países, que son relegados a los márgenes de la sociedad y sufren condiciones de explotación inaceptables”. +
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