Mons. Colombo: Jesús, el Buen Pastor, "es el acceso a la vida"
En su homilía, monseñor Colombo señaló que la referencia bíblica anima a la reflexión: “En la primera lectura, el apóstol Pedro, tomando la palabra frente a los israelitas, les hace notar que el Crucificado ahora vive, que el Crucificado que padeció nuestros propios pecados y los cargó sobre sus hombros, ahora nos anuncia glorioso la Pascua y en consecuencia, la vida”.
“La pregunta entonces de los oyentes a Pedro es ‘¿Qué hacemos?’. ‘Conviértanse y bautícense’, les responderá pedro entusiasmado, convencido, persuadido de que les está ofreciendo la vida verdadera a sus interlocutores”, relató.
“Pedro los invita a imaginar una nueva vida: es necesario entrar en la dimensión de la vida que Cristo ha anunciado. Bautizados en Él, es posible un nuevo estilo de vida, y según ese nuevo estilo de vida es posible también cambiar, transformar, ser significativos para una sociedad que necesita la novedad de Cristo, el cambio que Cristo viene a proponer”, señaló.
“Esa sociedad que está sobre la expectativa de un mesías que no llega, ahora lo encuentra presentado por Pedro, que les dice que Él vive y que Él ha producido esta gran invitación para todos sus seguidores: Vida y vida en abundancia, nos va a decir el mismo Jesús en el Evangelio del Buen Pastor”.
“Escuchábamos la Palabra de Jesús, que se presenta como la puerta, es el acceso a la vida. Para Él nosotros somos importantes, como Buen Pastor nos conoce por el nombre, no le somos indiferentes. Sabe también llamarnos y buscarnos en el momento oportuno. Él es la puerta, Él es el acceso a la vida y por Él somos, entonces, hechos capaces de vivir para siempre. Pero además, Él nos regala la experiencia de no sentirnos descarriados y perdidos definitivamente, ni olvidados ni ignorados, porque se ocupa de nosotros, porque está para cargarnos sobre sus hombros, porque está para decirnos que la vida es siempre más fuerte que cualquier forma de muerte”, aseguró.
“El Evangelio del Buen Pastor es un Evangelio que esperanza, es un Evangelio que entusiasma. Esta humanidad que ahora afligida, escucha cifras alarmantes y se preocupa por tantas muertes y por tanto dolor, encuentra en el Buen Pastor un auspicio de vida verdadera. No le somos indiferentes, Él está con nosotros, Él nos carga sobre sus espaldas”, sostuvo.
“Tradicionalmente, esta fiesta la asociamos a una reflexión un poco más profunda sobre las vocaciones. En estos días, el seminario arquidiocesano celebraba precisamente su día, un evento interno este año, que los jóvenes seminaristas prepararon con sus formadores, y que a través de las redes y otras formas de comunicación quisieron presentar ante la sociedad, pero también hoy queremos, en este lugar tan importante, recordar que Dios ha querido llamar a algunos de sus hijos para ejercer en su nombre ese servicio de Buen Pastor”, destacó.
“Quizás ustedes, queridos hermanos, tengan ahora, mientras les hablo, el recuerdo de aquel sacerdote que en la infancia, en la adolescencia en alguna crisis matrimonial o en algún momento duro de la vida supo expresarles esa dinámica de amor que Jesús, el Buen Pastor, vino a traernos. No es una abstracción hablar del Buen Pastor: Jesús ha querido corporizar a lo largo de la historia en algunas personas ese servicio y ese regalo de su pastoreo a la Iglesia. Por eso hoy damos gracias por los sacerdotes que en nuestras vidas han sido significativos”, expresó.
Por otra parte, reconoció que “son pocos los sacerdotes, son pocos los seminaristas, son pocas quizás las vocaciones para una labor tan grande. Jesús decía: ‘Pidan al dueño de la mies que envíe más obreros a la mies’. Hoy es el día para rezar y también recordar a esta institución que es el seminario arquidiocesano, que nació por feliz inspiración de monseñor Rubio, este preciso lugar donde hoy estamos”, recordó.+
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