Mons. Martín en el día del trabajo: “Es un tiempo de solidaridad”
En su homilía, monseñor Martín se refirió a la tradición judeo-cristiana que “ha valorado siempre el trabajo”, desde la creación “Dios da este mandato de administrar la tierra”. Mencionando el hogar de Jesús con San José como ejemplo de trabajador, quien “le mostró el valor del trabajo, el valor de un oficio humilde, sencillo. Así Jesús, viviendo en una familia de trabajadores, dignifica también el más humilde y el más sencillo de los trabajos”.
Luego mencionó a San Pablo, “cualquiera sea tu trabajo, cualquiera, lo que sea, háganlo de todo corazón, teniendo en cuenta de que es para el Señor. Sí yo vivo para el Señor, sí vivo para Dios el trabajo también es para Dios”. En este sentido, “cuando trabajo para Dios, soy libre porque no tengo ataduras, no tengo que quedar bien delante de los otros, sino que estoy encaminado a Dios”.
Monseñor Martín afirmó que “hoy más que nunca se necesita un mundo solidario”, haciendo referencia a la crisis sanitaria que atravesamos: “Por eso, Dios nos invita a hacer bien nuestro trabajo porque lo necesita mi hermano, lo necesita el conjunto de mis hermanos que es mi familia, mis vecinos, la sociedad”. De este modo, el arzobispo expresó su gratitud hacia “tantos trabajadores que están en la primera línea en el combate contra el coronavirus”.
Más adelante mencionó el trabajo que no es “justamente remunerado”, porque “no se respetan las condiciones de justicia y equidad”, recordando situaciones de abuso, explicación, y donde no se respeta la dignidad de la persona humana: “No tenemos que acostumbrarnos a este tipo de cosas”, exclamó.
Del mismo modo mencionó a los empresarios, quienes tienen la responsabilidad de “mantener las fuentes de trabajo para que las familias puedan tener la posibilidad y seguridad del pan cotidiano: alimentos, salud, educación”.
“Es un tiempo de solidaridad. No es un tiempo de egoísmo o de mirar para otro lado. Es un tiempo de la fraternidad. No un tiempo de egoísmo e individualidad porque o nos salvamos en racimo o nos condenamos por egoístas (…) Nos necesitamos los unos a los otros. Nadie puede salvarse solos. Juntos podremos salir adelante. Juntos. Dios quiera que nos sirva para aprender a ser solidarios y responsables”.
Al concluir, oró especialmente por “la salida de esta crisis”, poniendo “la esperanza en Dios podemos mirar con fe y salir adelante. Desde Dios nos abrimos al bien de los demás. Hoy es un día de esperanza. Anclados en Dios brilla la luz de la esperanza. Pidamos al Señor por intercesión de San José Obrero por todos los hombres y mujeres de trabajo, por el mundo del trabajo y que vivamos en la solidaridad para la mayor gloria de Dios. Amén”.+
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