Mons. Tissera ordenó tres sacerdotes para la diócesis de Quilmes
Concelebraron el obispo auxiliar, monseñor Marcelo Margni, el obispo emérito, monseñor Luis Teodorico Stöckler, sacerdotes y diáconos de la diócesis.
En su homilía, monseñor Tissera describió el acontecimiento como “una muestra de la fecundidad de nuestra Iglesia de Quilmes, que como madre que da a luz, acaricia agradecida a su niño, fruto de una larga espera. Su oración ha sido escuchada por el dueño de los sembrados que envía trabajadores para la cosecha”.
El obispo se dirigió a los nuevos presbíteros: “Sean misioneros de la alegría, enraizados en el amor de Jesús. No la alegría del momento pasajero, de una falsa espiritualidad que huye del compromiso con la realidad; sino la alegría del que se juega por Jesús y por los hermanos”, animó, y les anticipó que sus primeros años de sacerdote estarán ligados a la realización del Tercer Sínodo Diocesano.
El obispo también destacó que durante los años de formación de estos tres nuevos sacerdotes, se dieron dos acontecimientos eclesiales de gran importancia: el pontificado de Francisco y la canonización del Santo Cura Brochero.
Finalmente, agradeció al seminario María Reina de los Apóstoles, a los padres formadores, a los profesores, a las personas que allí trabajan, a los seminaristas. “Hoy el Señor corona una etapa del camino de formación, tan apreciado por la Iglesia. Es en esa etapa donde el Santo Espíritu de Dios va formando a ese discípulo misionero, en la vocación de ser buen pastor para el pueblo”, concluyó.
Sobre el final de la misa, el presbítero Armando Dessy, canciller de la diócesis, presentó los decretos con las funciones de los tres nuevos sacerdotes: Christian Latricchiano seguirá trabajando en la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza (Roselli 670, Barrio La Esmeralda, Florencio Varela); Leonardo Sala continuará en Nuestra Señora de Czestochowa (Santa Fe 327, Ezpeleta); y Martín Pedraglio en Sagrada Familia de Berazategui (Calle 148 Nº 1351, Berazategui).
Los tres flamantes sacerdotes agradecieron a sus familias, a las comunidades, a sus formadores y a los compañeros de camino, en una catedral que durante las más de dos horas estuvo colmada.+
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